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Kilos de más, pesos de menos

La moderación es la clave para llegar delgados y sanos al próximo año, ya que podemos subir un mínimo de dos kilos durante las posadas y la navidad como en los festejos del año nuevo, aunque no siempre uno es susceptible de ello.

De acuerdo a la última encuesta de nutrición, México vive una epidemia de obesidad ya que el 73% de los adultos y el 35% de los niños y adolescentes tienen sobrepeso es decir, 60.6 millones o el 52% de los mexicanos sufren de esta condición.

El sobrepeso y la obesidad son el principal factor de riesgo de la discapacidad, pues se asocia con la diabetes y con enfermedades cardiovasculares, trastornos óseos y musculares y con algunos cánceres.

Con la navidad y la celebración de fin de año se dispara la ingesta de bebidas alcohólicas al consumir más y favoreciendo la obesidad. Aquí la importancia de solo consumir dos copas de vino u otra bebida acompañada de un refresco bajo en calorías, ya que se cree que engorda el tipo de licor, y no la cantidad de glucosa. Muchos pensamos que el whisky o vodka no tienen muchas calorías pero la realidad es que un cuarto de taza de vodka, ron, whisky, tequila o cualquier otro destilado, equivale a 140 calorías o a dos tortillas. Y si a esa cantidad de alcohol le agregamos  una lata de refresco regular, de 200 calorías, se sumarian 340 calorías más, que es como si nos comiéramos cinco tortillas, o cinco panes; imagínese entonces, 10 cubas, es como si nos comiéramos una barra de pan de caja o un kilo de tortillas.

A falta de información en la encuesta realizada, sólo se pudieron tomar en cuenta los costos asociados con la diabetes mellitus tipo 2,  por lo que entonces en el país existen 8,599,374 diabéticos por sobre peso y obesidad, de los cuales un 48% están diagnosticados y recibiendo tratamiento, pero otros mueren anualmente (59,083) a causa de dicho padecimiento, ascendiendo los costos sociales a más de 85 mil millones de pesos al año. Entonces si esto resulta grave, por qué seguimos comiendo tanto en épocas de navidad.

Considero que comemos tanto por impulsividad y por hedonismo o quizá por placer, ya que al hacerlo es por lo mucho que amamos la vida y nos queremos divertir. Algunos quizá lo hacen para reducir su estrés o para calmarse; otros quizá por evasión, o por escapar de los problemas de lo que la navidad y estas fechas significan en el ámbito familiar o en el de su infancia al estar tan lejos y viviendo en un destino turístico donde la navidad cada vez deja de celebrarse por la carga laboral por atender la alta ocupación, y donde estas causas para muchos que laboran esos días, el festejar podría convertirse en una depresión grave e incluso por soledad llevarla hasta un suicidio.

Publicado por
Redacción Quintana Roo