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José Martí

Como ya de costumbre el consulado de Cuba en Cancún, la Escuela Kukulcan, una representación de los masones de la ciudad, entre otras personalidades, rindieron tributo a quien fuese el cubano más internacional, prócer de nuestras guerras de independencia, quien el pasado 28 de enero cumple 149 años de su natalicio.

Nace en La Habana, Cuba, 1853, José Julián Martí Pérez. Hijo de Mariano Martí Navarro, natural de Valencia y de Leonor Pérez Cabrera, de Tenerife, islas canarias.

El 15 de enero de 1871, aún no había cumplido los 18 años había ingresado a la cárcel, acusado de “infidencia”, por sus ideas en pro de la independencia de Cuba. En 1870, fue condenado a seis años de trabajo forzoso en las Canteras de San Lázaro, donde se pasa alrededor de un año hasta que es deportado a la Península.

Entre enero de 1871 a octubre de 1874, José Martí, obtiene en España (Madrid y Zaragoza) los títulos académicos de Bachiller y Licenciado en Derecho y el de Licenciado en Filosofía y Letras.

A los 20 años se enamora de la aragonesa Blanca Montalvo. Vivió un romántico idilio con una célebre actriz, Rosario Peña, su segundo amor. Para ella escribe uno de los más bellos romances que se conozcan en lengua española, lleno de lirismo, ternura, erotismo y sugerencias políticas. El poema “La bailarina española”

Se instala en México y desde allí comienza su peregrinar por tierras de Sudamérica: Guatemala, Venezuela, Hondura y El Salvador. En 1878 lo encontramos de nuevo en La Habana. La Paz del Zanjón, que puso fin a la Guerra de los Diez Años, le permitió instalarse como abogado en su patria amada. Pero esa alegría sería efímera. El 25 de septiembre de 1879 es detenido y es nuevamente deportado a España. En la Logia Masónica, Caballero de la Luz de Madrid, se hace masón y ostenta el gado de Venerable Maestro.

Retorna a América. Se instala en Nueva York, donde pasará 15 años de su ajetreada existencia, Martí iba y venía, era como un torrente que no cesa. En su mente está Cuba. Y lo decía bien: “Dos patrias tengo yo, Cuba y la noche…”. Discursos, viajes, conferencias, reuniones con la emigración, con la gente, que como él, preparan la “Guerra necesaria y justa”.

Es en los Estados Unidos, en el mismo corazón del “monstruos revuelto y brutal que nos desprecia”, como dijo en su Carta Testamento a su amigo Manuel Mercado, donde pensó y realizó lo más acabado y extraordinario de su obra política, periodística, literaria y humanística. Allí creo un movimiento literario, El Modernismo, fundó un periódico, “Patria”, editó y escribió él sólo una revista para niños, “La edad de oro”, organizó la Revolución del 95 y creo un partido, El Partido Revolucionario Cubano.

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Murió como él quería, el 19 de mayo de 1895, en los campos de Cuba, revólver en mano, montado en su caballo blanco, de cara al sol, para legarnos una patria libre, “con todos y para el bien de todos”.

Publicado por
Redacción Quintana Roo