Tras largos meses de negociación, momentos de incertidumbre e innumerables declaraciones en torno al replanteamiento del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). El día de ayer, Donald Trump anunció el acuerdo comercial alcanzado entre México y E.U.A., esperando que Canadá se sume a la negociación de un nuevo acuerdo trilateral.
Después de tensas amenazas por parte del actual mandatario estadounidense, el escenario ahora se vislumbra alentador. Sin embargo, el reto consistente en instrumentar los acuerdos alcanzados para que éstos abonen al crecimiento de nuestra economía resulta sumamente apremiante. Los permanentes cambios derivados de decisiones que responden a enfoques políticos nos obligan a mantener un análisis constante sobre las posibilidades de crecimiento y expansión en torno a un negocio.
Por lo tanto, debemos privilegiar el entendimiento reafirmado y aprovechar las áreas de oportunidad que ello representa para la atracción de inversión a nuestra entidad.
Sólo por mencionar algunos datos con respecto al nivel de importancia que representan nuestras relaciones comerciales con el vecino del norte, en 2017 nuestro país recibió flujos de inversión extranjera directa que ascendieron a la cantidad de 29,695 millones de dólares. De la totalidad del monto mencionado, alrededor del 47% (13,893.7 millones de dólares) provino de E.U.A. como país origen de la inversión. En el caso específico de Quintana Roo, nuestra entidad recibió 442 millones de dólares de inversión extranjera directa, la mayoría proveniente también de E.U.A.
El panorama expuesto nos presenta grandes retos y oportunidades, México y E.U.A. están condenados al entendimiento derivado de la gran interdependencia existente entre sus mercados. Es momento de eliminar barreras y establecer vínculos que beneficien a ambas partes.
El mercado extranjero siempre ha encontrado en Quintana Roo grandes ventajas para la inversión, busquemos también potenciar dicha relación para generar negocios que nos permitan un desarrollo equitativo y un crecimiento económico que beneficie a todos los factores involucrados, empezando por el capital humano.