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Insensibles (primera parte de tres)

El acto de ser y ejercer la sensibilidad es algo muy humano, aunque hay ciertos animales que parecieran expresar rasgos de sensibilidad y hoy en día hay científicos que se han dado a la tarea de generar sentimientos relacionados con la sensibilidad en robots, tratando de imitar este acto tan particular de la raza humana.

Sin embargo, debemos  cuestionarnos sobre el particular ya que a pesar de que todos tenemos la sensibilidad de forma implícita, el ejercerla ya depende de muchas circunstancias.

Un ejemplo es la Cruz Roja, la cual hasta hace unos años atrás se deba a la tarea de recabar mercancía cuando había una catástrofe en cualquier parte del mundo, y entonces los ciudadanos teníamos la oportunidad de ejercer nuestra sensibilidad por aquéllos que se encontraban en desgracia.

Lo mismo sucede cuando se escucha una sirena a lo lejos y se encuentra a corta distancia de su automóvil; hay quienes se angustian y hasta tocan su claxon para expresar su sensibilidad ante quienes necesitan de los servicios de socorro.

Es muy difícil que la población ejerza su derecho a expresar su sensibilidad y entonces poder accionar la solidaridad, pareciera que en nuestra pequeña ciudad los acontecimientos que pueden sensibilizarnos están condenados a extinguirse.

La Cruz Roja de Cancún tiene algunos años de no contribuir de manera física en el auxilio de los pueblos que padecen; ésta Institución tiene la gran responsabilidad de hacer un llamado oportuno a los ciudadanos para que puedan contribuir y sin embargo se ha limitado a anunciar números de cuentas bancarias donde depositar, lo cual no le parece a muchos que están dispuestos a contribuir con especie.

Publicado por
Redacción Quintana Roo