CARLOS GORDOA
La renuncia anunciada
Los “asesores” del gobierno estatal equivocaron la estrategia, se concentraron tanto en bloquear a Carlos Joaquín que lo hicieron crecer; y es que al enfocar todos los recursos al objetivo de frenarlo, olvidaron medir las consecuencias de hacerlo mediáticamente. Haciendo público el rechazo generaron un egregor, es decir, se enfocaron y hablaron tanto del objetivo, que ellos mismos lo posicionaron, ayudaron en el crecimiento del ex-subsecretario, quien de no pintar en las encuestas, empezó a llamar la atención y al convertirse en comentario de café, sumó paulatinamente simpatizantes, aunque no suficientes para superar (hasta ahora) a los principales gallos del PRI. En marketing electoral lo conocemos como “efecto David vs. Goliat”, recordará usted la historia Bíblica, pues ahí está, los latinoamericanos nos identificamos más con el que aparentemente es el débil, con el opositor al sistema, con el oprimido y no con el opresor. En el otro extremo los asesores de Carlos supieron provocar al sistema, generando la percepción de “victima del poderoso”, y el sistema cayó en el juego; hoy el resultado es que Carlos subió al ring, ese era su objetivo y lo consiguieron. Independientemente de qué partidos abanderen su propuesta, a partir de hoy el escenario se polariza.
Sin duda habrá lecturas diferentes de este hecho, y se motivará un clima de mayor competencia por la gubernatura, las alcaldías y hasta por las diputaciones. Paradójicamente todos tendrán un discurso: el de la UNIDAD.