La Universidad de Quintana Roo otorgó el máximo galardón académico a un quintanarroense distinguido, que ha trascendido fronteras y generaciones. En sesión solemne del Consejo Universitario de la máxima casa de estudios de nuestro Estado, se realizó una muy significativa ceremonia en el teatro del Centro Cultural de la institución. Se dieron cita familias fundadoras de la capital de Quintana Roo, chetumaleños de todos los tiempos, intelectuales, estudiantes: la gran comunidad universitaria.
Escuché hablar de Héctor Aguilar alguna vez acompañando a mi abuelo a la Casa Camín en Chetumal, donde acudíamos regularmente a comprar. Leí por primera vez al escritor, historiador y ensayista político a través de su libro: México: la ceniza y la semilla, en el intenso año 2000.
Hace algunos años, a través de nuestro amigo mutuo, Efraín Villanueva Arcos estreché la mano de Don Héctor. En cada oportunidad de encontrarlo, me dí cuenta que es un ser humano que con la mente y el corazón abierto a cada idea, sensación, recuerdo y contexto, registra todo. De él aprendí que quienes plasmamos nuestras ideas y las comunicamos tenemos una gran responsabilidad social. Don Héctor es un gran maestro, a veces, sin saberlo. Héctor Aguilar no sólo ha ido más allá de nuestras fronteras sino que trasciende las generaciones.
La narrativa de Aguilar Camín evoca siempre una mirada reflexiva al pasado… para comprendernos, para definirnos. Pero siempre coloca su mirada al futuro; porque allá es donde se encuentra el legado del ser humano; es en ese lugar donde se halla el resultado de nuestras luchas y de nuestros sueños del presente. El Doctor Honoris Causa es una persona que siempre acerca a sus amigos a los libros, a la búsqueda permanente del conocimiento, a la reflexión, a la sabiduría porque eso es lo que nos permite construir una mejor sociedad.
La sesión solemne de la Universidad de Quintana Roo que fue presidida por el Gobernador del Estado, C.P. Carlos Joaquín González, fue un momento muy especial para los asistentes, fue el espacio justo para reconocer a uno de los nuestros, y… aunque todos los mexicanos lo sentimos propio; para los quintanarroenses nuestro Héctor Aguilar Camín es el familiar, el amigo, el paisano; así lo sentimos a través de sus letras y de su cercanía.