En los últimos días no sé si estoy muy perceptible a las sandeces e incoherencias de algunas personas, en su mayoría figuras públicas, que posiblemente con el fin de acaparar reflectores solo fomentan el vilipendio, la crítica y el descrédito hacia ellos o ellas mismas.
Trataré de ser breve, porque son en varios escenarios donde observo con tristeza cómo se pierde el tiempo en temas banales cuando hay asuntos que exigen atención y acción.
Por ejemplo, en Veracruz, el Congreso de ese bello estado, pero a la vez tan perjudicando a través de los años por los pésimos gobernantes que han tenido, sus legisladores en lugar de atender temas de inseguridad, deuda pública, pobreza, infraestructura educativa obsoleta en fin, estos llamados representantes de la ciudadanía veracruzana están aprobando la Ley “anti-memes”.
Imagínese amigo lector, que estos empleados del pueblo de Veracruz (porque son empleados del pueblo, que es quien les paga sus sueldos a través de los impuestos) están todavía coartando la libertad de expresión.
No cabe duda que los políticos son de piel muy sensible y una prueba de ello la tenemos en Veracruz con esta nueva ley que le aplicarán de seis meses a dos años a quien o quienes suban a las redes este humor típico del mexicano, que nos sirve a todos como un bálsamo de alegría ante tanta violencia, tragedia y atraco que se registra día con día en el país.
Por lo pronto, en Veracruz deberán abstenerse más de hacerlo porque si se considera doloso ya estuvo que están infringiendo la ley.
Otra incongruencia que vimos todos en días pasados, fue la difusión que tuvo la boda de uno de los personajes más cercanos a Andrés Manuel López Obrador en los últimos 20 años. Nos referimos a Cesar Yáñez, ex vocero del que será nuestro próximo presidente de México, quién organizó una boda como si se tratara de una estrella del cine de Hollywood o un afamado deportista, de esos que cobran millones de dólares al año.
Pero no es así, se trata de un hombre común y corriente , eso sí, con el capital de haber hecho una boda con diseñador de lujo para el vestido de su novia, en una capilla del Rosario dentro de la iglesia de Santo Domingo, en Puebla, la cual fue adornada con nueve mil rosas blancas, y una fiesta en el Centro de Convenciones de la misma ciudad con los Ángeles Azules como grupo musical para animar el ambiente; claro, después de cenar langosta y brindar con champaña, solo por citar algunas cosas teniendo como colofón la publicación del evento en la elitista revista “Hola”.
Si bien es cierto que cada quien puede hacer lo que se le antoje con su dinero y más si se trata de un asunto particular, si fue irresponsable de su parte realizar esta celebración nupcial tan ostentosa, siendo ex vocero y futuro miembro del gabinete de AMLO, quién tanto ha hablado de la cuarta transformación, de Gobierno rico y pueblo pobre. Debió ser el primer sorprendido con la magnitud del evento, sin embargo en público AMLO cobijó a su amigo Yáñez ante las críticas, posiblemente si pueda tener consecuencias más adelante su irresponsable forma de exhibirse. Ya se verá.
Aquí en Quintana Roo, me causa decepción la postura que está asumiendo la senadora morenista Marybel Villegas Canché, quien lejos de ganar adeptos solo está provocando el repudio de más quintanarroenses que no olvidan sus trabajos para los gobiernos de Félix González Canto y Roberto Borge. La ex perredista, ex panista, ex priista y no sé en cuántos partidos más, mantiene desde que asumió la senaduría fuertes críticas desde la tribuna legislativa contra el gobernador Carlos Joaquín González , culpándolo de todo, hasta de lo que no fue en su año.
Su intento de protagonismo la está llevando por el camino equivocado; no es peleando, ni acusando sin sustento cómo puede ganar una batalla. Faltan cuatro años para quienes deseen contender por la gubernatura, pero de esta manera, Villegas Canché ni nadie la podrá ganar. Se requieren otros discursos, diferentes actitudes y también aptitudes, política; lo que a muchos les falta en Quintana Roo, que es trabajo político, no trabajo sucio, barato y de denostar por denostar, se requiere liderazgo positivo, no ese liderazgo negativo y tóxico que daña a la sociedad y no beneficia a nadie.
Andrés Manuel López Obrador dejó en claro con su visita que realizó esta semana, que más allá de los disparates que puedan surgir en contra del mandatario Carlos Joaquín González, así sean del propio grupo del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), está apoyando desde su entidad en la transición que desea el presidente electo para alcanzar su llamada cuarta transformación.
El mismo López Obrador reconoció el esfuerzo de Carlos Joaquín por buscar mecanismos que permitan a los quintanarroense tener mayor seguridad ante los hechos violentos que se vienen registrando, y que se comprometió en apoyar una vez que llegue a la presidencia el próximo uno de diciembre, no solo a Quintana Roo sino en todo el país donde la inseguridad ha ganado terreno.