El marcador ya es contundente. En términos futbolísticos, la dirigencia del PRI en Quintana Roo iría ya goleando a sus detractores, a aquellas voces que han intentado desestabilizar al partido para tomar el Comité y ofrendarlo ante la máxima autoridad en el estado.
El Comité Ejecutivo Nacional, así como ex dirigentes del partido, los sectores y la mayoría de la militancia han privilegiado la unidad al interior sobre la confrontación, sobre el desgaste y llaman a sumar voluntades para el fortalecimiento de esta fuerza política, sobre todo ahora, cuando debe actuar como una oposición madura y responsable.
Los priistas en la entidad están conscientes que la elección de junio pasado se perdió a nivel estatal debido a los desaciertos y malos manejos del gobierno federal y de la administración estatal anterior.
“No son tiempos de buscar culpables ni de enfrentamientos en los que sólo se afectará al instituto. Es hora de lograr la unidad para trabajar en el campo, con las bases, escuchando a la s jefas de manzana, a las seccionales, a la ciudadanía en general, para hacer labor de gestión”, coincidieron.
Dijeron hacer votos porque aquellos que han expresado descontentos, legítimos o no, deben unirse, si es que en realidad quieren al partido sobre los intereses personales o de grupos.
Resulta evidente que dentro del PRI hay personas que buscan tomar el partido para satisfacer sus intereses y para entregarlo a quien renunció hace meses y que aún muestra un excesivo rencor, como si lo hubieran obligado a armar la retirada.
Quintana Roo está ya de frente a los comicios de 2018 y necesita reagruparse si es que pretende hacer un papel digno, ante la embestida que, se afirma, mostrará Morena “con todos los vientos a su favor”.