Más gente del Partido Revolucionario Institucional se rebela y se suma a las filas de Morena, no se percibe como otro burdo partido, sí como la esperanza de México. Es tan latente el daño que ha causado el pésimo desempeño del presidente de México a la economía de la mayoría de los mexicanos (entre otros grandes males) que ni cómo creerle o aplaudir sus “acciones de gobierno”.
El incremento a la gasolina no es circunstancial, sin importar el precio internacional del crudo, se tiene un efecto negativo a nivel de las finanzas públicas, la balanza comercial energética, en los bolsillos e ingresos de los ciudadanos – punto álgido- daña las diferentes actividades productivas; eso por la parte económica, en cuanto a inseguridad la información al respecto es alarmante.
Decir que vivimos una crisis de seguridad no es un juicio de valor, es la grave realidad de millones de mexicanos; casi uno de cada 3 adultos ha sido víctima de delito. Los crímenes de alto impacto al alza, el robo con violencia mostró un incremento del 38% en el último año.
Mención aparte tienen los llamados homicidios dolosos; se registran alrededor de 2 mil 300 asesinatos al mes, muchos de ellos, jóvenes y mujeres de origen humilde, que pareciera que por su estatus social no importan. Nada que ver la realidad con las promesas que hacía en campaña y al inicio el actual gobierno federal; como vamos es muy probable que al término de la administración PRIISTA de Peña Nieto, las cifras sean de más de 24 homicidios por cada mil habitantes –Alarmante-
El PRI ha tomado el peor camino, inclina sus alianzas y compromisos hacia la derecha; los síntomas críticos los experimenta el Revolucionario Institucional, ya que sus alianzas lo han distanciado de su mercado electoral, olvidando que lo sostuvo muchos años en la hegemonía política; actualmente el PRI está retirado de los ciudadanos, se ha olvidado de los aspectos relevantes de sus estatutos y envía una pésima señal a su militancia, que encuentra mejores opciones en otros frentes políticos que si le reflejan empatía. Aunque sí se registran casos aislados de candidatos invitados por el PRI y que provienen de la cultura del esfuerzo, el profesionalismo y del sector empresarial.
Meade, el ejemplo más claro de la tendencia e inclinaciones del PRI, que deja y olvida su tradicional base electoral para inclinarse a la derecha, y ahí, pretende perdurar en el poder, al tiempo…
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