El gobernador Carlos Joaquín fue concluyente en días pasados cuando aclaró que todos los funcionarios de su administración están bajo evaluación. Con sus declaraciones parecería que estaría evaluando cada funcionario para emprender acciones de “premios y castigos” en el corto y mediano plazo para encontrar soluciones a algunos problemas al interior de su equipo de colaboradores.
Seguramente el tema de la seguridad como así también el de la errática labor de la titular de la Secretaría de Educación, Marisol Alamilla Betancourt, que volvió a generar polémica esta semana al pretender presionar a padres y maestro del diputado infantil Ángel Jacinto Noh Tun, el niño que el mes pasado nos sorprendiera e hiciera reflexionar a todos los mexicanos por su alegato al alzar la voz contra la corrupción y los malos políticos.
Aparentemente, le bajaron línea tardíamente a Alamilla Betancourt en contra de Ángel Jacinto y, el severo llamado de atención a la dirigencia política cuestionando la corrupción y falta de acciones concluyentes de los diputados de la XV Legislatura del Congreso al objetar desde el presídium del Parlamento Infantil, si “le llegaron al precio” al ser tan remisos para accionar contra la corrupción. Grave precedente la de coartar la libertad de expresión del jovencito y, pretender regular los temas que se tratarán a futuro en la iniciativa parlamentaria de los más pequeños.