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En la cuerda floja

El encargado de Diconsa, Mario Castro Basto, dice estar con la conciencia tranquila, luego de que se detectó que esta dependencia comercializaba productos podridos en tiendas rurales.

Castro Basto fue separado de su cargo provisionalmente, confiando en la investigación que llevará a cabo el Órgano Interno de Control de Diconsa, para que sean deslindadas las responsabilidades de vender productos “envenenados” a la población.

Según el ex funcionario desde enero pasado, envió informes correspondientes al Órgano Interno de Control, en donde decía de las supuestas conductas irregulares del Jefe y Subjefe de Almacén en la ciudad de Chetumal. Sin embargo, este tipo de hechos no ameritaban sólo un informe, sino el despido y la denuncia contra esos servidores públicos.

Cierto es que Castro Basto había tenido una carrera de servidor público aceptable y por ello señala que es el primer interesado en que estas denuncias sean resueltas “y mi actuar sea aclarado ante la opinión pública y legalmente ante los órganos de control del gobierno”.

“Tengo la conciencia limpia porque me conduje honestamente y apegado a la normatividad”, dijo; sin embargo, ya sea por negligencia o por falta de supervisión, el ex funcionario se encuentra en la cuerda floja.

Y es que quizá nunca comprendió la función que realizaba, es decir, dotar de alimentos en buenas condiciones a las clases marginadas.

El informar de conductas irregulares de subalternos no basta y Castro Basto cometió un grave error al confiar en exceso en su gente, en lugar de supervisar lo que en su dependencia ocurría.

Dicen que los errores se pagan, y si Castro Basto resulta responsable de los hechos, como cabeza de la dependencia en la entidad, tendrá que atenerse a las consecuencias.

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Publicado por
Redacción Quintana Roo