En relación a la infección del Virus de la inmunodeficiencia humana sabemos que la transmisión sexual representa el 80% del total de nuevas infecciones que aunado a la efectividad que hoy en día están dando los tratamientos antirretroviricos para el control de la infección del VIH, hoy se logra evidenciar que gracias a ello existe un decremento de casos de sida en muchas partes del mundo como en nuestro país.
Este avance crucial, continúa demostrando que si una persona reactiva positiva con una posología efectiva a esta misma terapia antirretrovírica, el riesgo posible de transmitir el virus a una pareja sexual seronegativa lo reduce en un 96% o más volviendo este logro en una innovación importante para la prevención combinada, en el eje biomédico para el control del Virus.
Para quienes trabajamos en estas acciones buscando la disponibilidad al tratamiento para la prevención del VIH y que con ello se redujera la incidencia en torno a la infección por este virus, jamás apoyaremos iniciativas que solo pretendan criminalizar las prácticas sexuales con acciones punitivas más allá de las preventivas, ya que estos actos de retroceso en materia de derechos humanos no garantizan que parejas sin importar su identidad sexogenérica no solo pudieran tener la opción de elegir un tratamiento para la prevención y el acceso garantizado al mismo, sino que tampoco entablarían un dialogo donde revelarían su estado serológico ni mucho menos el que se realizaran pruebas para contar con diagnóstico oportuno y evitar con ello morir por el desarrollo de un sida.
A si mismo más personas revelarían su estado serológico para luego compartirlo con sus parejas y al igual sobre las distintas opciones a la prevención que pudieran acceder al tratamiento como prevención en los distintos servicios de salud y para reducir significativamente el estigma y la discriminación en torno al virus.
Vivir con VIH no es ya un problema, vivir sin saber que uno puede estar replicándolo silenciosamente son dos cosas distintas.