Suegras, cuñadas y comadres. Ahora sí el gobernador Carlos Joaquín González pecó de novato o lo que es peor, de hipócrita.

Y es que ahora resulta que al mandatario le molestó que el gobierno Federal no lo haya considerado ni consultado al momento de realizar los cambios en las delegaciones federales, especialmente en la de Freddy Marrufo Martín, como encargado de Sedatu en la entidad.

¿Será que no se acuerde que el PAN hizo lo mismo cuando Vicente Fox y Felipe Calderón fueron presidentes de México? O bien que él mismo se pregunte ¿por qué no abre carteras de su gobierno a los priistas, más aún cuando ha corrido a todo aquel que huela a PRI?

Una vez que haya respondido estas fáciles preguntas, entonces se dará cuenta de la razón por la que el gobierno de Enrique Peña Nieto no lo consideró a la hora de nombrar a sus delegados.

Y lo peor para el gobernador es que aún faltan más nombramiento de delegados y créanme que ninguno será perredista ni panista, y menos se le pedirá su consentimiento al mandatario estatal.

Esto de ninguna manera representa una afrenta para el gobierno de Carlos Joaquín, sino que es normal que un gobierno emanado de equis partido político nombre como colaboradores a sus correligionarios, al igual como lo hizo él mismo, pese a que no es militante de fuerza política alguna, pero que fue ungido como candidato del PRD-PAN.

En verdad que salir a declarar que “Consideró que lo único que hace la federación es generar incertidumbre al realizar este tipo de cambios”, es jugarle al Tío Lolo y causar confusión y daño en la ciudadanía.

“No comparto la idea de que la Federación haga cambios en las delegaciones sin avisar al gobierno del Estado”, dijo.