Chetumal se ha caracterizado siempre por la tranquilidad de vida ahí vigente. Es decir, por la libertad de movimiento, por la seguridad en las casas, por la percepción social de paz. Lo que contraviene a la situación en el resto del país, donde, precisamente, más del 75 por ciento de las personas se sienten inseguras.
Por eso un “secuestro” en el boulevard, de una mujer que estaba haciendo ejercicio como muchas otras a todas horas del día, alarmó tanto a la sociedad. No solamente era excepcional, sino que se traducía en un cambio brutal en el modo de vida.
De hecho, introducía el miedo a la cotidianidad.
A esto habría que agregar que la víctima era una señora muy conocida, esposa de un exfuncionario de gobierno.
Pero no podría haber sido la realidad.
Y, por tanto, no pudo haber sido mejor su resolución. La manera en que la gente de Rodolfo del Ángel y de Miguel Ángel Pech consiguieron rescatarla, con la detención de algunos de sus victimarios.
Pocas veces se resuelve un “secuestro” en forma tan eficiente, sin disparos, y con rescate de la víctima. Un hecho excepcional que pondera, en verdad, a las autoridades de seguridad, que demuestra capacidad y honestidad de quienes participaron en este operativo.
Justo lo que se necesita en Quintana Roo.
Esta resolución devuelve confianza en el gobierno, en las autoridades de seguridad, y regresa la seguridad al entorno cotidiano de la sociedad chetumaleña.
Ahora lo que sigue es complicado. Porque el nuevo sistema de justicia penal acusatorio no define el delito de “secuestro” sino cuando existe la petición de un rescate.
O sea, legalmente, dentro de esto, la señora no fue secuestrada sino privada de su libertad. Ignoro si esto, la privación de la libertad sea calificado como un delito “no grave”, pero definitivamente no tiene la fuerza, el castigo del secuestro.
¿Tardaron los secuestradores en pedir rescate? ¿Tenían otros cómplices? ¿Planeaban sacarla de Chetumal, del Estado? Lo cierto, lo más importante es que la víctima está en su casa, sana y salva.
En Tamaulipas se vive una tragedia por el “secuestro” de una ama de casa, de origen española, que regresaba de la playa con su marido y su hijo, quien lleva más de dos semanas “desaparecida” sin noticias ni petición de rescate.
En muchas partes del país se está pidiendo una revisión de la tipificación del delito de secuestro, será importante escuchar los argumentos al respecto.
Privar a alguien de su libertad, “secuestrarla”, para los efectos que se quiera, es un tema que agravia profundamente a la sociedad.
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