El PRI tiene ahora su prueba de fuego, será oposición y no tendrá líder de facto, no tendrá Gobernador, no tendrá tutor, no tendrá primer priista de la entidad, tendrá la grandísima oportunidad de reinventarse, de reagruparse y de armar sus cuadros verdaderos en cada uno de los municipios, pero primero tendrá que lograr el tener un Presidente Estatal que tenga experiencia, que tenga el respeto de los priistas, que tenga la capacidad para conseguir los fondos para financiar sus actividades, que haga un trabajo de unidad, pero no de unidad en torno a sus aspiraciones políticas personales, sino en torno al partido, debiendo también tener la suficiente sensibilidad para armar un plan de acciones que conlleven al PRI a ser una oposición seria, responsable, directa, sin ambages.

Su primer compromiso debe ser el de no aspirar a ninguna candidatura en el periodo que le toque presidir el partido, capacitar líderes, buscar nuevos liderazgos, reorganizar desde los jefes de manzana, presidentes de seccionales, comités directivos y sectores y organizaciones partidarias, que conlleven el mismo objetivo, el mismo programa, la misma acción, hacer política, mucha política y más política.

Para empezar esta titánica labor, el PRI debe de hacer sus recuentos, revisar su casa, sanar sus heridas, retomar la confianza en sus estructuras y hacer una revisión de sus fortalezas,  oportunidades, debilidades y amenazas, tiene desde donde reconstruir y rearmar, pero sin simulaciones, sin falsos protagonismos, integrando a todos y dándoles su lugar, su momento de participación y sobre todo una capacitación que les de las herramientas necesarias y precisas para volverse a plantar y a convertir en la opción mejor y más recomendable para la sociedad.

Si el PRI se logra reorganizar, reagrupar, reintegrándose a las esperanzas de una sociedad habida de liderazgos, podrá ser una opción viable nuevamente y se podrá consolidar muy pronto, pero si el PRI quiere volver a simular, quiere volver a hacer creer que hace y no hace, esta misma sociedad que ya le impuso este castigo, terminara por castigarlo más y en 24 meses, cuando vienen las elecciones para Presidente de la Republica, para Senadores de la Republica, para Diputados Federales y para Ayuntamientos, volverá a perder y con mayor contundencia que hoy, por eso, el PRI se tiene que reinventar sin pausa y sin tardanzas… Para servir a Quintana Roo con Democracia y Justicia Social.