Quienes hoy se aventuran en el ejercicio de los derechos humanos habrán de considerar estas prerrogativas a partir de su origen más allá de una propuesta ética a partir de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano y de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, donde ambas sostienen que los DD.HH son solo derechos esenciales del ser humano y que no nacían del hecho de ser nacionales, sino que fundamentaban los atributos del sujeto de la persona humana, limitándose solo a la relación- Individuo Estado como a las violaciones ocurridas en el ámbito público; por lo que la violencia doméstica y sexual contra las mujeres no se consideraba como una violación de los derechos humanos.
Aquel sujeto referido era un varón y su concepto de ser humano se asociaba al de un hombre occidental, adulto, heterosexual y dueño de un patrimonio, lo que llevaba a excluir, restringir o hacer inefectivos los derechos de las mujeres, indígenas, homosexuales, niños, niñas, personas ancianas, personas con discapacidades, y a las personas viviendo en condiciones de extrema pobreza. En ambas declaraciones el sujeto a referirse era un hombre y las mujeres no estaban incluidas, omisión que dio lucha a las feministas a asumir el reto y tomar como base un Proyecto de Declaración de los Derechos Humanos de las Mujeres redactada en 1992 en San José, Costa Rica, que contenía propuestas con perspectiva de género y declaraba que los DD.HH de ellas y de las niñas eran partes inalienables, integrales e indivisibles de los derechos humanos universales señalando que la violencia contra las mujeres y todas sus formas de acoso y explotación sexual, eran incompatibles con la dignidad de la persona humana; a partir de éste, nace el concepto de Derechos Sexuales y Reproductivos que resume como el derecho de toda persona humana a que decida con quién, cuándo y cómo quiere llevar sus relaciones sexuales y si quiere o no tener hijos, por lo que quien hoy abrace estos temas no solo deberá luchar que estos derechos garanticen la libre decisión sobre la manera de vivir el cuerpo en las esferas sexual y reproductiva incluyendo el derecho humano de la mujer a tener control respecto de su sexualidad, incluida su salud sexual y reproductiva para que decidan de manera libre y responsable si quieren o no interrumpir su embarazo sin verse sometidas a coerción, discriminación o violencia, habrá también de analizar en su lucha porque los derechos reproductivos son solo ciertos derechos humanos ya reconocidos en tratados y documentos internacionales pero no aun en Mexico como en Quintana Roo.