Devastadores sucesos en la ciudad de Chetumal sacaron a flote de qué están hechos sus pobladores. Me refiero a los graves casos en contra de mujeres que fueron víctimas de la privación de su libertad y que fueron afectadas tanto en su dignidad y patrimonio. La forma en que estos sucesos se desarrollaron, provocaron la indignación de esta apacible ciudad.
Al cabo de dos días atestiguamos distintas reacciones civiles, desde la organización en la vida familiar para tomar acciones respecto a la seguridad de sus integrantes, sugerencias de prevención, el autocuidado, y otros. Pero igual de destacado fue el papel de los establecimientos comerciales, que a la par de su manifestación de reprobación contra estos actos que laceran a nuestra comunidad, anunciaron medidas específicas respecto a la seguridad de sus clientes mujeres, especialmente si estás acuden solas.
Así, la indignación levantó un muro contra la violencia de género que hace patente las acciones que fomentan el cuidado mutuo en comunidad y el respeto al derecho de las mujeres a vivir en paz, libertad y con dignidad. Como en otras contadas ocasiones en nuestra ciudad, la solidaridad ciudadana y organización pacífica se hizo patente para hacer frente a situaciones violentas.
Sí. La violencia contra la mujer ha existido desde antes y permanece en nuestra ciudad. Sin embargo, estos sucesos ponen de manifiesto que la prevención y erradicación de la violencia es una responsabilidad compartida entre gobierno y ciudadanía.
También no hay que perder de vista que la misma importancia tienen todos los casos de violencia en contra de las mujeres. Por tanto debemos alzar la voz con la misma exigencia para cada uno de los casos y no solamente de aquellos en los cuales conocemos a la víctima, porque la violencia no solo lacera a éstas, sino a su familia y a toda la comunidad.
La reflexión en esta ocasión es en seguir trabajando en la sensibilización para que las mujeres vivan libre de violencia en todas sus manifestaciones: física, verbal, sexual, económica, emocional y patrimonial. Hablemos y apliquemos las nuevas masculinidades, de los nuevos roles en corresponsabilidad en el hogar, así como también la igualdad en el ámbito laboral. Liberémonos también de los estereotipos, del lenguaje machista, del escarnio social de las #LadyCoralina, de las burlas a nuestras gimnastas por su físico, de poner en duda la reputación de las mujeres que sufrieron ataques sexuales. Seamos responsables como ciudadanos poniendo una barrera muy alta en contra de la violencia. Acabemos con ella.