Los humanos son la especie más depredadora en la cadena alimenticia, son quienes no tienen un “suficiente” por palabra final en sus vidas, constantemente están buscando en la competitividad vencer al rival y preferentemente al más débil, son quienes buscan obtener las mayores y mejores ganancias, está en el ADN de todos.

No todos ejercen de la misma manera las acciones que les llevaran a lograr sus ambiciones, hay quienes no tienen deseos de poder y dinero en exceso y más bien buscan un equilibrio en sus vidas. Esa es una de las razones por las cuales la política resulta tan difícil, pues quienes carecen de codicia excesiva, no desean involucrarse y entonces suelen aparecer en el entablado contendientes dispuestos a ganar sea como sea.

El filósofo Hobbes menciono que “el hombre es un lobo para el hombre”, ese animal que posee la capacidad de cazar tanto de día como de noche, con un agudísimo olfato, y que llega a ser caníbal cuando hay hambruna y muchas veces hiere a su presa y espera a que se desangre para poder devorarla; excelente comparación con nuestra sociedad, con nuestros políticos.

Entonces encontramos estos homo homini lupus capaces de todo y que en estas elecciones precisamente tuvimos muestra de estas artimañas, que gracias a los medios de comunicación salieron a la luz rápidamente, que nos permitieron constatar una vez más que las trampas siempre han sido y serán.

Mucha población quiere un cambio pero a veces no sabe cómo hacer para que los lupus politikón (lobos políticos) cambien su proceder, esperemos que ahora se trasformen de alguna manera positiva con el resultado de las votaciones nacionales.

¿Habrá cambios sustanciales?