Niza Puerto
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Evitar la guerra sucia, sin contradicciones

Suegras, cuñadas, comadres y amiwis:
Mucha razón tiene el precandidato de la coalición “Quintana Roo UNE”, Carlos Joaquín González, al hacer un llamado para terminar con la guerra sucia, con las calumnias, con la diatriba entre aspirantes.
Ni hablar, eso se debe terminar por el bien del proceso electoral, porque la sociedad de esta entidad merece respeto y demanda propuesta sanas que impulsen el crecimiento, el desarrollo y la prosperidad de Quintana Roo como estado, y el apoyo en lo personal.
Hasta ahí, todos estamos de acuerdo. Pero entonces, ¿Por qué Carlos Joaquín permitió que su invitada de lujo, la ex primera dama, Margarita Zavala, se saliera de contexto a las primeras de cambio?
Y es que la también aspirante a la Presidencia de México arremetió contra el gobierno de Roberto Borge haciendo señalamientos a diestra y siniestra, todos ellos ofensivos, lo que rompió en un tris con el llamado de su precandidato Carlos Joaquín a terminar con la guerra sucia.
Sin embargo, dentro de los señalamientos hechos por la señora De Calderón, se debe reconocer una gran verdad, como es el hecho de que la corrupción ha hecho más desigual a México, generando “privilegios enormes”, que no sólo han profundizado la desigualad, sino que además ha polarizado a la sociedad.

Margarita Zavala no puede hablar

También esas palabras gozan de una gran verdad, aunque habría que recordarle a la señora que el gobierno de su esposo fue tan malo o peor que el actual.
¿Quiere hablar de corrupción? ¿Nos remontamos a los privilegios?
Sólo habría que rememorar que el multimillonario avión presidencial que hoy ostenta Enrique Peña Nieto, fue una petición hecha ex profeso por su esposo, el hombre de la guerra perdida contra la delincuencia organizada.
Nadie duda de la capacidad, del talento y de la calidad humana de Margarita Zavala, pero lo cierto es que su carrera rumbo a la presidencia será sumamente difícil, sinuosa, por el enorme lastre que representa su esposo, uno de los peores en la historia reciente de este país.
Y lo mismo para Carlos Joaquín, quien con esos llamados a la cordialidad, a permitir el trabajo de proselitismo sin caer en eso que llamó “guerra sucia”, da un enorme paso a favor en el ánimo de la gente.