Ahí quiere Dios que le sirvamos con generosidad cada uno poniendo su talento, su granito de arena para lograr una comunidad viva, vibrante, asidua a la oración, unida en la fracción del pan, autentica discípula del Señor y misionera incansable en la extensión de su Reino.
25.- Mi deseo es que esta carta ilumine y anime el espíritu de discípulos misioneros de Jesús para vivir intensa y fervorosamente la preparación para el gran acontecimiento de los Cincuenta Años de nuestra querida Prelatura, y que a su vez sea programa de pastoral de los próximos tres años. No olvidemos que los auténticos misioneros son primero auténticos discípulos de Señor. Si queremos muchos misioneros, formemos y hagamos de nuestros agentes pastorales verdaderos discípulos de Jesús. Nuestra primera identidad y nuestra primera misión es el discipulado. Mi deseo es que todas las estructuras pastorales decanatales y parroquiales; y que todos los agentes pastorales se involucren e impliquen en este momento de gracia de Dios para poder recibir todas las gracias que el Señor les tiene preparadas para hacerlos verdaderos discípulos suyos y enviarlos a la misión. El aniversario de nuestra Prelatura es una gracia que nos toca a todos, celebrarlo es una misión que nos toca a todos.