La forma en que el gobernador Carlos Joaquín González bajó el balón, con la captura de su antecesor Roberto Borge, señalando que en su gobierno es de cuentas claras, de total ética y en donde la procuración de la justicia será la línea permanente, pone a algunos de sus colaboradores en entredicho y desde ahora tendrán que andar firmes y derechitos o el mandatario aplicará todo el rigor en su contra.
“Desde el inicio de la administración se trabaja por un Quintana Roo más justo, con orden y en franco combate a la corrupción”, dijo el Joaquín González, lo que garantiza que pronto pondrá un alto en oficinas como en el Despacho del Gobernador.
O bien, poner orden en el Congreso, aun cuando se trate de un poder autónomo al Ejecutivo, pues existen señalamientos muy serios de que en esta Legislatura, los diputados del PAN y PRD -siglas que llevaron a Carlos Joaquín a la gubernatura- se están despachando con la cuchara grande.
Hacemos votos porque en realidad Carlos Joaquín cumpla, que saque la varita mágica y no que mida a la gente con diferentes varas, castigando con todo rigor a Roberto Borge y permitiendo que otros hagan de las suyas, porque aquí no puede haber medio corruptos ni medio bandidos.
Las palabras de Carlos Joaquín lo obligan a él y a todos sus colaboradores, a todos, a lograr un gobierno impoluto, intachable, pues no se le permitirá ser candil de la calle y oscuridad en la casa, además de presentar las cuentas claras, peso sobre peso. No hay de otra.
De lograrlo, ese sería el máximo beneficio de la captura de Borge Angulo, el poder ver hacia adelante con un gobierno 100 por ciento confiable, y por eso sería bueno empezar por aclarar dónde están los más de 100 millones de pesos que ha generado la persecución contra Uber, por ejemplo.
Esos son datos que la ciudadanía también merece conocer.