Uno de los principales motivadores del “voto por el cambio” fue el compromiso con la transparencia. En un estado con compromisos por 25 mil millones de pesos, los ciudadanos requerimos saber en qué forma se administran los recursos que reciben el estado, los municipios y su aplicación.
Esta no es una cuestión menor o aislada; en general, desde la Federación hasta el más pequeño de los municipios del país trabajan en la actualización de la información que se pone a la disposición de los ciudadanos. ¿Hasta dónde?, pues baste citar como ejemplo que los empleados federales que disponen de recursos públicos para cubrir los viáticos de las comisiones encomendadas fuera de las ciudades de origen, rinden un informe detallado y con facturas de los recursos a los que tuvieron acceso y esa, es información que está disponible a través de las plataformas de transparencia.
Quintana Roo, no obstante, es uno de los estados donde la transparencia estuvo vetada institucionalmente… y aún se restringe; resulta por ejemplo, que aún hoy, algunos presidentes municipales viajan “comisionados” a eventos internacionales sin que su asistencia le abone algo a la administración, al estado, a su municipio… ¡a nadie! Esta información: el monto de sus viáticos, en qué hotel se hospedó, cuáles restaurantes visitó para alimentarse, a cuántas “damas de compañía” llevó… no tenemos aún acceso a esa información.
No es, de ninguna manera, información que pudiera “clasificarse”. De inicio, sus gastos no los pagan de su bolsillo, es dinero del erario público y por lo tanto, tienen la obligación de rendir cuentas por su uso, quien sea.
Pero en el estado de Quintana Roo, las administraciones municipales tienen un “conveniente atraso” con la incorporación de la información pública a sus páginas electrónicas; “todavía sus empleados se encuentran en capacitación con el IDAIPQROO”; de modo que, en el apartado de “transparencia” se aprecia una leyenda que justifica la falta de información con un “divertido cuento” sobre obligaciones institucionales, actualización y “problemas técnicos”. Esperemos que no se acabe este bienio cuando digan que ya están listos para subir la información.
En este sentido, es importante que los ciudadanos como empresarios que financiamos al erario presionemos a las administraciones públicas a fin de que cumplan con un compromiso que adquirieron con los ciudadanos y que, en el caso de Quintana Roo, formó parte de la plataforma política de la “administración del cambio”.