Es por ello que es necesario que los responsables de la Secretaría de Ecología y Desarrollo Urbano, pongan en orden su misión, visión y valores y empiecen realizando cambios reales, pues la obtención de beneficios a partir de nuestro ecosistema es tan dadivoso, que deberemos de preguntarnos: ¿Qué hacen los de ésta Secretaría, además de ser un Organismo Público enfocado en regular y vigilar el crecimiento del Municipio de manera ordenada y sustentable? Porque pareciera que su única función es mantener los camellones y jardines recortados o verificar que cuando haya un terreno baldío, en éste no se depositen desechos orgánicos.
La realidad es que las responsabilidades de ésta Secretaría son muchas. Si empezaran por cotejar asuntos como: control y administración de la producción de cocos, tamarindos y uva de mar que se encuentran diseminados por la ciudad y actuar en beneficio de la ciudadanía; verificación de que la tala de árboles en las avenidas sea la conveniente y adecuada y no sólo sean caprichos basados en estéticas urbanas, provocando que nuestra ciudad tenga una sensación térmica mayor; además, deberían de generar un programa en el cuál cada dueño de vivienda que tenga espacio apto para sembrar un árbol lo haga, bajo la supervisión de biólogos calificados que indiquen los árboles correctos a sembrarse y además, que los vecinos se hagan responsables del crecimiento del mismo bajo sanciones legales en caso de no hacerlo; deberían de procurar espacio más verdes y hacer de ésta, no sólo una ciudad turística por su playa y mar turquesa sino por lo verde de sus calles y avenidas.
Que el Arquitecto Zubirán accione planes efectivos.