CIUDAD DE MÉXICO
Como bien sabes, el cáncer produce un exceso de células malignas y puede aparecer en distintas partes del cuerpo, por esta razón es necesario acudir a revisiones médicas con frecuencia. Un diagnóstico oportuno puede salvar una vida.
Recientemente se dio a conocer que es un mito que el cáncer hepático sólo aparezca en pacientes alcohólicos.
De acuerdo con el Dr. Abdel Karim Dip Borunda, médico oncólogo adscrito al Departamento de Oncología Médica del Centro Médico Nacional Siglo XXI, es necesario que procurar mantener un hígado saludable y tratar de evitar padecimientos que afecten a este órgano.
Otros factores de riesgo son infecciones como hepatitis B y C, hígado graso y diabetes.
Según datos del especialista, de los tipos de cáncer de hígado el hepatocarcinoma es el primer lugar en incidencia de tumores primarios de hígado, ocupando el segundo lugar a nivel mundial en mortalidad atribuible a cáncer.
Por esta razón es fundamental procurar un hígado saludable a través de una sana alimentación, consumo moderado de alcohol, evitar sobrepeso y obesidad, prevenir hepatitis virales evitando contacto sexual sin protección, consumo de drogas inyectables, aplicación de tatuajes o perforaciones, transfusiones sanguíneas con sangre no segura, y en el caso de la Hepatitis B a través de la vacunación, así como la supervisión médica anual, sobre todo en personas que hayan padecido hígado graso, fibrosis, cirrosis y hepatitis B o C”, indicó.
Lamentablemente el riesgo de mortalidad en cáncer de higado es de 80 al 85%.
Teniendo en cuenta estas terribles cifras, Leticia Aguiar, Coordinadora del Movimiento Nacional Juntos Contra el Cáncer A.C., resaltó en su oportunidad la importancia de la Guía sobre el Cáncer de Hígado, cuyo objetivo es ofrecer a pacientes, familiares, médicos, gobierno y población general, un documento informativo que logre concientizar sobre el impacto que tiene esta enfermedad y exponer los retos que el sector salud tiene por delante para disminuir su incidencia y gravedad.
Pueden pasar hasta 20 años antes que el paciente presente síntomas e identifique la enfermedad, dado que el daño hepático es de lenta evolución y sus sintomas suelen manifestarse en etapas avanzadas.
Entre sus principales síntomas destacan: fatiga, debilidad, falta de apetito, saciedad temprana, pérdida de peso, dolor en la parte superior derecha del abdomen que se puede pasar a la espalda, episodios de fiebre y náusea, comezón, moretones, así como piel y ojos de color amarillo.
Es recomendable realizar estudios con frecuencia y acudir al médico.
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