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El Buen Fin (segunda parte de tres)

Hablar de “Buen fin” es remitirnos a las diferencias históricas: en el norte llegaron los grupos anglos sajones en su mayoría, quienes ya presentaban una ideología diferente fomentada por las religiones de corte protestante.

El sistema del ahorro era fuertemente promovido así como las inversiones que permitieran hacer crecer los bienes de la población.

Y pareciera que éste pequeño detalle basado en las ideas religiosas marcaron las grandes diferencias de uno y otro pueblo; mientras los colonos ingleses buscaban expandirse y ejercer control sobre los bienes que el país les ofrecía, las colonias españolas eran controladas y subyugadas a un poder centralizado que se ejercía desde España a través del virreinato el cual no permitía que los indios y mestizos pudiesen acaparar bienes pues no estaba permitido para esos seres inferiores.

No es sino hasta que España se encuentra con sus arcas vacías y por la influencia de las ideas Ilustradas que decide llevar a cabo reformas que permitieran una libertad de comercio para generar ganancias y aun así, las cosas no pudieron ser exitosas; los muchos años de dominio y de seguir un sistema con pocos beneficios para el pueblo, parecía no poder modificarse y en efecto, hasta el día de hoy seguimos cargando con la lápida de un control centralizado, de un control por quienes tienen y que no están dispuestos a dar.

Las consecuencias hoy en día las podemos encontrar al observar los resultados del llamado “Buen fin”, donde los comerciantes temen poner ofertas reales, donde sólo se atreven a poner propuestas con pequeños descuentos y a meses sin intereses. ¿Por qué no rebajar casi hasta el remate los artículos?

Publicado por
Redacción Quintana Roo