En Quintana Roo el porcentaje de pacientes que viven con VIH que toman medicamentos antirretrovirales y experimentan sus beneficios ha aumentado desde hace 4 años de un 45% a un 95%, cifra que en 2016 fue sobre estimada debido a la gran efectividad que se tienen de éstos fármacos cuando son administrados correctamente y bajo un esquema constante de apego y de adherencia, ya que otorgan beneficios en la disminución de infecciones oportunistas, y en la prevención de nuevos casos de VIH y el evitar las reinfecciones, siempre y cuando se logre con ellos una supresión viral o el estado indetectable de la replicación del virus sobre los linfocitos CD4´s, ya que si el Virus no se encontrara completamente suprimido, las personas afectadas podrían estar en riesgo de transmitir el VIH a otras parejas sin importar la práctica sexual, anal, vaginal u oral que realizasen.
Aquí entonces estimado lector si a pesar de este aumento de pacientes indetectables por su apego a los retrovirales y de los grandes beneficios que se tienen al estar abatiendo y controlando las terribles infecciones asociadas y reduciendo el riego de transmisión a otras personas más, porque en este primer trimestre del año tuvimos un repunte de nuevas infección en Quinta Roo casi al doble, en poblaciones focalizadas y muy jóvenes de HSH (hombres que tienen sexo con otros hombres).
Considero con todo respeto mi estimado lector que ni usted y yo en nuestra corresponsabilidad por reducir estas altas incidencias y la prevalencia de la infección entre hombres y mujeres y de aquellas embarazadas que no solicitan un examen al iniciar su gestación, NO estamos siendo lo suficientes efectivos para frenar esta infección, ni tampoco el reducir este aumento de nuevos casos en niños recién nacidos que se registraron con VIH y de quienes pensábamos ya no habían, o el decrecer la tasa de mortalidad por SIDA que continua a la par a la de las nuevas infecciones por VIH.
Creo que ante este panorama debe surgirnos a todos el que demandemos a los gobiernos de este estado, que dejen de ser omisos y se sumen a la respuesta, quizá radiando mensajes en TV y radio en su SQCS, o publicando en sus páginas de Gobierno Digital la importancia de la prueba VIH y colocando también impresos en las miles de estructuras abandonadas y oxidadas en todas las calles, pero sobre todo volverse conscientes de que su pasividad ante el VIH, quebrantara a la población altamente productiva y a las juventudes de Quintana Roo que hoy ya sean “millennials” o “Centennials” al nacer a partir del año 1997 a la fecha, están demostrando ser dos mundos distintos, con diferentes visiones de la vida y de los riesgos que hay en ella.