El lenguaje es uno de los más importantes componentes de nuestro ser: a través de el aprendemos y comprendemos el mundo, interactuamos con nuestros pares y nos comunicamos. Además de ser medio de comunicación es nuestro enlace con la realidad, los objetos, las ideas y las personas y ocurre así en con las más de 7 mil lenguas que se ha documentado se hablan hoy en el mundo.
El aprendizaje de lenguas extranjeras ha crecido enormemente a nivel mundial por motivos de movilidad internacional, comercio y contacto cultural, por lo que el multilingüismo se ha convertido en algo más que un asunto relevante. Hoy aprender por lo menos una lengua adicional a la nativa se ha convertido en una fuente de oportunidades porque este aprendizaje mejora las actividades cognitivas y analíticas sin importar el ámbito de desarrollo profesional y es un ejercicio mental útil en muchos niveles.
La gran diversidad de idiomas activos en los continentes no refleja de manera directa la disgregación de hablantes nativos de cada una, dado que casi la mitad de la población mundial es hablante nativo de alguna de las diez lenguas más habladas del mundo: chino-mandarín, español, inglés hindi árabe, portugués, bengalí, ruso, japonés y punjabi. Ideas como la de que sólo el inglés es la lingua franca de los negocios, viajes y las relaciones internacionales están perdiendo poco a poco fuerza. Por lo anterior el aprendizaje de por lo menos dos de estas lenguas debe constituirse en elemento central de la tarea educativa para abrirnos más posibilidades, ser más inteligentes e interconectados al eliminar barreras comunicativas y de pensamiento.
Quienes hoy se forman para competir en el mercado laboral deben tener claro que las posibilidades reales de inserción laboral están determinadas, no solo por los conocimientos y competencias adquiridas durante la formación profesional, sino también por el manejo de habilidades de interacción social, entre las que destaca el manejo de diversos idiomas. Por dar un ejemplo podemos mencionar que quien domina el chino-mandarín habla la lengua que habla una de cada seis personas en el mundo.
Romper las barreras lingüísticas se está convirtiendo en uno de los asuntos más críticos de nuestro tiempo y debemos prepararnos para ello. Los líderes de hoy requieren involucrarse a nivel lingüístico y cultural con actores políticos de distintas sociedades para establecer lazos de cooperación en un mundo en el que el flujo de personas y capitales es continuo y no conoce fronteras.