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Efecto Trump (segunda y última parte)

En caso de que el Congreso apoye a Trump en su propuesta de cancelación del Tratado de Libre Comercio, ellos serían los grandes perjudicados, ya que los mexicanos importamos de EEUU el 50% del maíz que consumimos, el 30% de la leche en polvo, carne de cerdo y pollo. México, como consumidor de granos, es el mayor mercado para los estadounidenses. Las grandes empresas norteamericanas se instalan en México, ya que en su país la fuerza laboral es más cara, con el salario de un trabajador allá, aquí le pagan a 5 obreros; convirtiéndonos así en los maquiladores de sus productos, creándose  una dependencia entre ambos países, nosotros les fabricamos la mayoría de las pantallas planas, electrónica y autos, entre otros.

La aparente amenaza de Donald Trump, es en realidad una gran oportunidad para reconstruirnos como sociedad; es el momento de tener una identidad y un verdadero nacionalismo mexicano cuya base sean nuestro valores, nuestra historia, tradiciones y sueños. Es momento de construir nuestro propio futuro. Unidos, podemos construir una nación sólida, independiente, abundante, porque tenemos el potencial, los recursos y somos un pueblo trabajador, con hambre de justicia. Es momento de dejar de imitar al gigante vecino y adoptar nuestra propia cultura e identidad mexicana y así participar activamente en la política de nuestro país, eligiendo sabiamente a nuestros gobernantes y exigiéndoles resultados que combatan la corrupción e impunidad, para tener un verdadero Estado de Derecho. ¡Este es nuesto momento! ¡DESPIERTA MÉXICO!

Es ahora, cuando debemos de exacerbar nuestra mexicanidad y desarrollar nuestra economía interna consumiendo bienes y servicios mexicanos en todos los apectos y aréas de nuestra vida; por ejemplo, elijamos nuestros bancos en lugar de usar tarjetas de crédito o débito de bancos extranjeros. Aumentemos el turismo nacional, optando por hoteles de cadenas mexicanas. Recuperemos las costumbres de nuestros ancestros comprando en nuestros mercados tradicionales, en lugar de los grandes almacenes extranjeros. Y que decir de nuestra industria textil, que goza de calidad internacional, pues son momentos de vestirnos de México. Tengamos presente algo muy importante: cada vez que elegimos productos importados por encima de los nacionales, somos nosotros mismos los que devaluamos nuestra moneda y aumentamos la inflación. ¡Hagamos que el dinero de México, se quede en México!

Publicado por
Redacción Quintana Roo