Desde hace varios meses la Reforma Educativa se convirtió en la reforma eje de esta administración federal “reformista” que dejó atrás planteamientos de cambios estructurales en distintas áreas gubernamentales para enfocarse en lo prioritario que son los niños y las niñas de México como señala y repite el titular de la Secretaría de Educación Pública en cada uno de los discursos y entrevistas en las que es actor protagónico.
Posteriormente, la base de la reforma educativa se denominó el nuevo modelo educativo en el que fundamentalmente se busca cambiar la forma en la que se dan las clases en México, más que memorizar, se busca que los alumnos aprendan a aprender, lo cual definitivamente es necesario que se aplique en todas las aulas de los distintos niveles educativos del país.
Seguramente coincidiremos en que los mexicanos estamos a la expectativa de mejoras, cambios y con ello resultados en la educación de nuestros niños y jóvenes; como prioridades de este nuevo esquema destacan la formación y la evaluación profesional docente que ha sido un tema álgido que sabemos ha generado protestas y manifestaciones, pero que permitiría medir con objetividad el desempeño de los profesores, esperemos que el gobierno deje de ceder y negociar con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y busque en verdad incentivar a los mejores docentes con capacidades pedagógicas dignas de reconocerse.
Por otro lado, en esta etapa la inversión en infraestructura que buena falta le hace a nuestras escuelas, es fundamental, sin embargo las dudas son más que fundadas ante un gobierno federal que se ha caracterizado por su opacidad, corrupción y el dispendio de recursos en rubros no prioritarios.
Así pues, con las debidas reservas, hay destacar esta nueva visión para generar estudiantes con una formación integral, enfocados y concentrados en el aprendizaje pero también conscientes y sensibles respecto a su entorno social y ambiental, con capacidades en lo artístico, cultural, científico, tecnológico entre otras.
La educación debe ser un tema prioritario en sí mismo, no un asunto ligado a la conveniencia política; veremos que se hace desde el Gobierno federal en esta recta final pues a falta de otros temas relevantes, ahora la agenda educativa es la que acapara los reflectores y primeras planas a nivel nacional.