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Discursos de odio: Entre la línea de la crítica y la ofensa

Cada cuatro años tenemos la oportunidad de maravillarnos con las fortalezas, habilidades y talentos de las y los deportistas de todo el mundo reunidos en un solo evento. Este año los Juegos Olímpicos celebrados en Río de Janeiro, no solo nos dejó cinco medallas para México, sino también nos dio una lección sobre cómo reaccionamos ante la discriminación en nuestro país.

Sí, otra vez la discriminación y el discurso de odio se hicieron presentes en las redes sociales, cuyo centro de atención esta vez fue la deportista Alexa Moreno, representante de México en la disciplina de Gimnasia Artística. El asunto no fue menor, pues Alexa fue blanco de burlas debido a su complexión física y supuesto “sobrepeso”. Y digo burlas, y no críticas, porque este último usa argumentos y no estereotipos.

En la página Rio2016.com se tiene que Alexa mide 1.47 m. y pesa 45 Kg.; mientras que Simone Biles, la 4 veces medallista de oro en estas olimpiadas por parte del equipo estadounidense, mide 1.45 m. (más pequeña de estatura que Alexa) y pesa 47 kg (dos kilos arriba que Alexa). Por tanto ¿Por qué Alexa y no Simone (en todo caso) ameritó esta lapidación? ¿Son nuestras complejidades como sociedad?

Sin embargo, lo que a continuación sucedió fue algo que me gustaría destacar más: la solidaridad con Alexa Moreno. Las burlas fueron rebasadas por una oleada de comentarios positivos, pues si usted incluso busca su nombre en Twitter, podrá encontrar más notas del acontecimiento y expresiones de solidaridad con la gimnasta, que burlas. En los comentarios positivos, se resaltó sus más de diez horas entrenando diariamente, su tenacidad, su carrera deportiva y  su participación histórica, pues es la primera vez que una mexicana participó en todas las pruebas que componen la gimnasia artística (suelo, viga, barras paralelas y salto) e incluso pudimos admirar gráficos artísticos en honor a la figura de Alexa.

Esta vez lo que empezó como un triste episodio (una vez más) de discriminación en México hacia una deportista, terminó como una campaña espontánea, pero exitosa en contra del discurso de odio y también como reflexión sobre lo que necesitamos trabajar en materia de salud nutricional para rebasar el estereotipo del físico esbelto versus saludable.

Y sí, se vale criticar en lo deportivo, pero lo de Alexa Moreno no fue una crítica, fue una ofensa plagiada de estereotipos, que desde mi punto fue superada por la sociedad mexicana con esa espontanea reacción de solidaridad. Alexa Moreno no ganó una medalla, pero se ganó el respeto y admiración de las y los mexicanos. Ahí la lección de Alexa Moreno.

Publicado por
Redacción Quintana Roo