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Democracia lejana

Los alquimistas electorales no dejan de innovar a pesar de los avances de las ciencias exactas y de los esfuerzos de la democracia por abrirse paso. Conmovedor, por desenfadado, vimos el preciso manual del marchante verde instruyendo a sus mercaderes para la compra-venta de los votos de sus clientes cautivos. Sin duda la intensidad de su abuso y el costo que les representó sirve para explicar la desproporcionada votación que habrá de poner a Cancún bajo su tutela. Sin autoridad que lo detenga.

Insultante, por cínica, ha sido, por su parte, la distribución de boletas electorales marcadas y entregadas en la calle para su uso fraudulento por parte de jóvenes disfrazados de encuestadores. No recuerdo haber visto algo así. Sin importarles el qué dirán, se dejaron tomar fotos y videos. ¿Fue premeditado para sembrar la evidencia? ¿Cómo transitaron esos fajos de papeletas por fuera de los circuitos legales y de los controles? ¿El árbitro estuvo, se enteró o sólo se hizo de la vista gorda? ¿Qué están aprendiendo esos chicos para su propio futuro?

Aún debe concluir la última fase, la post electoral, que suele arribar a los tribunales. Esperemos que estos asuntos lleguen hasta allá.

Quienes estábamos a favor de refrescar el ambiente público con el cambio en estas elecciones tenemos suficientes razones para festejar y renovar el optimismo. En general la avalancha ciudadana pudo más que los rapaces del miedo, del abuso y de la compra, más no podemos cerrar los ojos ante la evidencia de que habrá algún presidente municipal por aquí y otro diputado por allá que accederá al cargo de manera ilegítima. Aunque termine adquiriendo carta de legalidad no podemos dejarlos pasar simplemente como parte del anecdotario.

Publicado por
Redacción Quintana Roo