En este escenario previo a la elección 2018, una pregunta urgente de respuesta en el ánimo ciudadano la cual, ningún prepotente priista o verde ecologista se atreven a responder: ¿cómo postular y propagandear a sus candidatos cuando pesa sobre ustedes la vergüenza de tantos y tantos nombres de “personajazos” involucrados en fraude a la nación, a los estados, los municipios y tantas afrentas a los ciudadanos como auténticos delincuentes organizados?

La definición de delincuencia organizada encaja perfecto: “La delincuencia organizada es la actividad delictiva de un grupo estructurado de tres o más personas que exista durante cierto tiempo y que actúe concertadamente con el propósito de cometer uno o más delitos graves o delitos tipificados con arreglo a la Convención de Palermo con miras a obtener, directa o indirectamente, un beneficio económico, político u otro beneficio de orden material”.

Entonces, una ‘runfla’ de sujetitos que se las arregla para desviar recursos públicos, traficar con influencias, asesinar periodistas y ciudadanos comunes, generar cualquier cantidad de actos de corrupción para su beneficio, vender a centavos la reserva territorial de un estado, despojar a los demás de sus posesiones simulando juicios laborales, ordenar una aplicación sesgada de la justicia, defraudar con construcciones  de baja calidad que eventualmente colapsan, asesinar a quienes pretenden defender los derechos humanos de los mexicanos, entregar al interés extranjero los energéticos y los recursos humanos de los mexicanos… entre otros tantos.

¿De dónde tanto valor para seguir con la afectación a los propios, a los hermanos de sangre y de genes? Los partidos políticos tienen mucho qué explicar, no es posible que aún, entidades como el Verde Ecologista pretendan salirse por la tangente cuando han sido tan cómplices como el que más.

Una parte de la ciudadanía, -yo diría, la gran mayoría-, no estamos conformes con este “nuevo orden” en el que la delincuencia y la prepotencia determinan el camino a seguir, de hecho, estamos hartos de tanta vulgaridad y de tanto pobre vulgar quienes determinan cómo y de qué manera se hacen negocios.

Pero insisto: ¿cómo se atreverán a postular candidatos y deshacerse del estigma que ustedes mismos se han manufacturado?, es la pregunta de los 64 mil, no lo entiendo y claro, habrá que desempolvar la capacidad de asombro. Por lo pronto, es molesto tener que soportar a toda esta runfla de naquetes con poder y dinero, qué molesto, ¿será el karma?, vaya loza, en fin.
Buonanotte.