“Fuimos al paraíso y terminamos en un campo de guerra”, opinó un turista extranjero en TripAdvisor -la comunidad global de viajeros en internet con más de 75 millones de opiniones y visitantes cada mes-, después de haber presenciado “el horror”, dijo, durante el violento desalojo en 16 hoteles de la costa de Tulum, el destino nacional más posicionado entre las celebridades internacionales y el mercado europeo.
Testimonios, videos y notas en revistas como Forbes y periódicos -también europeos- difundieron el fin de semana la incursión de un centenar de hombres embozados y armados con tubos y palos que agredieron y lanzaron gas pimienta contra propietarios, empleados y turistas, después de romper puertas y candados e ingresar por la fuerza a los centros que deberían ser de hospitalidad.
“Esa mañana recorríamos la playa y nos encontramos con estos monstruos… Todo era un caos… matones con palos impedían que los turistas circularan por las calles”, comentó el viajero en la reseña de la plataforma global que alertaba, incluso, de “¡Peligro Máximo!” en Tulum.
Los embozados, que se movían a las órdenes de un civil custodiado por policías municipales y estatales, fueron reclutados entre pandilleros y delincuentes, mientras el destino turístico enfrenta los niveles más altos de su historia en robos, asaltos y asesinatos.
La inseguridad en Tulum generó que la tarde del domingo cientos de habitantes marcharan por la avenida principal portando globos blancos y exigiendo un freno a la delincuencia que, sin embargo, fue utilizada como arma de intimidación y represión en estos desalojos de Punta Piedra.