Es más que una locura pensar que se pueden perder los $300 millones del nuevo mercado Pino Suárez.
“El pueblo no nos perdonaría”, dijo Gustavo Rosario Torres.
El dinero -conseguido por Núñez, torturando a Videgaray llevándolo a la cloacaes apenas inferior a los ingresos propios del Centro ($350 millones) y al presupuesto 2016 de Nacajuca ($331 millones).
Consciente de la importancia de un recurso semejante, Gaudiano se comprometió a no dejarlo caer. “Villahermosa -afirmó- merece un mercado a la altura de los mejores del país”.
Urge reemplazar el pestilente y gigantesco foco de infección e inseguridad, donde sin embargo (entre la inmundicia) 10 mil consumidores gastan ahí $18 millones diarios.
¿Qué hace falta? Que los locatarios entiendan que el mercado no es de ellos, que la primera concesión que se les hizo fue reedificar allí mismo, y confíen en que se respetarán sus derechos de posesión.
Recelan, y es comprensible, de que la nueva construcción se termine en 18 meses, y se alargue el tiempo en que permanezcan en Casa Blanca, porque la gran mayoría de los 1,200 vive al día, y salir del viejo centro de abastos -temen- podría reducir sus ingresos.
Por su parte, al gobierno toca derrumbar resistencias y minimizar al extremo el riesgo de los locatarios.
No está de más que cuide las declaraciones de sus funcionarios, y el tono con que las hacen (“va; que no quepa duda; ningún conflicto lo va a frenar”, dijo Rosario Torres), para evitar roces y politización.
Sin empacho alguno, Manuel Andrade admitió el lunes 18 (PSR): “…nosotros nos hemos estado reuniendo como partido, porque de las 19 uniones, 16 son priistas…”
Y DE MAÑANA… PIÑA GUTIÉRREZ da la pelea por el presupuesto de la UJAT, amenazado por los recortes de Meade.