He aquí navegando en las corrientes políticas del cambio para Quintana roo, aún una masa marina amorfa, en la que se debaten la decadencia del felixismo-borgismo, el fortalecimiento del frágil joaquinismo, y en general el estancamiento de la conformación de una clase política con oficio y no oficiosa. Y es que, ante la descomposición de la administración pública, la institucionalidad de la corrupción, y los ajustes de cuentas ante el proceso electoral del 2018, Quintana Roo no puede anclar un viable plan de desarrollo integral que garantice la gobernanza y la gobernabilidad.
Para materializar en la vida pública las acciones de anticorrupción, transparencia, de apertura democrática, la restitución de las libertades básicas constitucionales (asociación, libre tránsito, libertad de expresión), con miras a restituir el tejido social en la entidad; hay que consolidar la depuración en el servicio público de los tentáculos felixstas-borgistas, de lo contrario el cambio será una asignatura pendiente para el gobierno de Carlos Joaquín González.
A un año de gobierno, las bases legales están sentadas a través del Poder Legislativo; la voluntad política está trazada y es firme por parte del Poder Ejecutivo; falta la contribución del Poder Judicial al proceso del rescate de la barbarie en que se sumió a Quintana Roo, y bien pudiera empezar por abatir el enorme rezago que existe en materia de impartición de justicia, al tiempo que ajuste cuentas al magistrado y ex presidente del Tribunal Superior de Justicia, Fidel Villanueva.
A propósito de la celebración del 43 Aniversario de la Conversión de Quintana Roo de Territorio a Entidad Federativa, el mandatario Carlos Joaquín González avanzó millas náuticas en su llamado a la unidad y la paz a los quintanarroenses, en clara estrategia para cerrar el ciclo de la confrontación, sin abandonar el curso legal y político contra los ex funcionarios denunciados por corrupción y el saqueo del erario estatal.
El titular del Poder Ejecutivo acuñó: “El cambio ya comenzó, está aquí con nosotros y no es propiedad del gobierno, no es propiedad de un grupo, no es propiedad de una persona. Es de todos los quintanarroenses que tenemos derecho a vivir mejor, a más y mejores oportunidades; y yo les pido que no aflojemos, no nos demos por vencidos, ratifiquemos nuestra convicción de cambiar”.
Abundó que “a partir del cambio que esperamos sea para siempre, en Quintana Roo ningún poder quedará subordinado a otro y todos serán garantes de los derechos ciudadanos de la naturaleza de las instituciones y de la integridad y soberanía del Estado”. Asimismo que “hay que empeñarse en que la honorabilidad, la racionalidad y la tolerancia normen la conducta en que los poderes y los órdenes de gobierno en Quintana Roo sean conocidos por el respeto a la ley, la vocación de servicio y la altura de la vida.
Léanos también, véanos y escúchenos en maretazo.mx y en Bestia Grupera Chetumal 99.3 Fm en Facebook de lunes a viernes de 7 a 8.30 am.