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CAFÉ MARRÓN

Rafa Martínez Cristo

Falsos auto-halagos

Lamento tener que desmentir en estas líneas falsos auto-halagos y derrumbar monumentos con pies de barro.
Bien dicen que para que alguien pueda gobernar un lugar, primero debe conocer su historia. Pero como siempre, surge la penosa excepción a la regla.
Y en este caso se trata del presidente municipal Paul Carrillo de Cáceres, quien con bombos y platillos se llenó la boca diciendo que se siente orgulloso de ser el primer cancunense en llegar a la etapa final en la selección del candidato del PRI a la gubernatura (o al menos así lo recuerda, dijo).
Entonces es cuando yo me pregunto: ¿Y Mario Villanueva? ¿Dónde deja este político mozalbete al quintanarroense que gobernó Benito Juárez y también el estado de 1993 a 1999?
¿Dónde, si fue en el mandato de Villanueva cuando Paul dio sus primeros pasos en la función pública como mandadero en al Subsecretaría de Turismo? ¿Acaso no sabía ni dónde estaba parado? ¿Lo habrá sabido ahora, en los últimos tres años?
Y que el alcalde no quiera salir con su batea y diga que Villanueva es chetumaleño, porque Don Mario es tan cancunense como él, que nació en Mérida.
Pero no sólo Villanueva ha sido un político de Cancún que compitió por la candidatura priista a la gubernatura, también su contrincante en aquel proceso de 1993, Joaquín González Castro fue un ex alcalde de Benito Juárez que estuvo a punto de conquistar el máximo cargo público en el estado.
Incluso se le podría recordar a Paul Carillo que en 1999 la cozumeleña, con muchísimos años de radicar en Cancún, Addy Joaquín Coldwell también se puede considerar como una cancunense que compitió por la candidatura del PRI al Gobierno de Quintana Roo y estuvo a punto de lograrla.
Sumamente extraña resulta la presumida postura de quien, a veces se apersona en Palacio Municipal de Benito Juárez, pues también quiero llevarle a la memoria que si no hay más cancunenses que han luchado por la candidatura a la gubernatura, es porque en 2005 el cancunense políticamente mejor posicionado fue Juan Ignacio García Zalvidea y no era del PRI; lo mismo en la siguiente elección por la gubernatura, fue el entonces perredista Gregorio Sánchez.
El hecho de ser uno de los finalistas del PRI para la gubernatura, ciertamente debe ser cuestión de orgullo para sus militantes, pero no cuando son seis o más los tiradores, por favor!!!
Ah, y para rematar con esta entrega, también habría que recordarle a Carrillo de Cáceres que no faltan siete meses para que concluya su administración, faltan seis, y contando.

Publicado por
Redacción Quintana Roo