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Brotes de ingobernabilidad

Brotes de ingobernabilidad son ya muy marcados en este estado:  Un gobierno acusado de corrupción por el mismo presidente de la República, una deuda que resulta impagable, homicidios, robos y ahora la fuga de 10 reos de la más alta peligrosidad.

La incertidumbre permea quizá como nunca en esta entidad, incluso por encima de aquella embestida del presidente Ernesto Zedillo contra el entonces gobernador Mario Villanueva, producto del antagonismo de ambos y el resentimiento, de la miseria humana del primero.

Y lo peor es que no se puede advertir una pronta recuperación, una calma, ya que el mismo gobernador electo, Carlos Joaquín González, tomará una entidad en caos, en franca caída, enfermo y desahuciado.

Quintana Roo enfrenta la ingobernabilidad porque está inmerso el problemas políticos, económicos, sociales y jurídicos sin forma de resolver, al menos en corto plazo, así como autoridades a los que poco les importa lo que está ocurriendo.

Urge que el gobierno federal tome cartas en el asunto para rescatar al estado líder en generación de empleos, en turismo, la entidad que representa la imagen de México en el exterior.

La secretaría de Gobernación debe dar un golpe de mesa, urge que tome el control antes de que el barco, que hace agua, termine por hundirse.

La situación es sumamente grave y está visto que ya se le salió de las manos al actual gobierno, y dicen que se le salió de las manos, porque jamás esperó que su partido, el PRI, perdiera las elecciones, no hubo un plan B y hoy no sabe cómo manejar esta situación, cuando tiene en frente al político antagónico, a quien siempre vio como su rival…y que al final le ganó.

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Publicado por
Redacción Quintana Roo