A lo largo del tiempo siempre se ha expresado en muchos círculos sociales y a  través de infinidad de catedráticos en diversas áreas – que han estado en la defensa de la mexicanidad-, que los mexicanos debemos de seguir nuestros propios lineamiento de acuerdo a nuestra idiosincrasia, que los parámetros impuestos desde afuera en cuestión económica, educativa, social y demás, jamás han ayudado a generar una Nación  fuerte y mucho menos unificada. Tal vez en cierta forma sea cierto pero no debemos ser tan drásticos, pese a ello, debemos puntualizar:

La riqueza de nuestro pueblo demanda que las riendas de este país se tomen desde lo nuestro, sin embargo la problemática es poco fácil de resolver; pero la semana pasada se mencionó una noticia que concernía nuevamente a los maestros de Oaxaca.

Esa trinchera candente de rebeldía, a la que un gran porcentaje de los connacionales los desdeñan y desprecian, tal vez por no entender su lucha o sencillamente porque resultan molestos y necios en una petición impenetrable y excéntrica así como falta de sentido. Pero más allá de eso, lo interesante es que en la noticia de hace unos días, se dio a conocer que ellos habían hecho ¡su propio calendario escolar! Imagínese usted.

Entonces nos obliga a cuestionarnos más allá de la crítica sobre si es ridícula su decisión o no: ¿Por qué siempre tenemos que copiar de sistemas ajenos al nuestro? El  calendario escolar que se había estado llevando hasta el año anterior (2015-2016), constaba de 200 días de escuela, es decir, días en que el chico tenía que asistir al Colegio; copiado del sistema de ¡España! ¿Sabía usted esto? ¿Tiene idea de cuantas otras cosas hemos copiado o se nos han impuesto?