La trata de personas no conoce fronteras. Todo país se ve afectado y México es uno en los cuales este flagelo está tomando fuerza cada vez más. La frontera sur del país es paso obligado de traficantes y desde luego de quienes se dedican a vender vidas e inocencia al mejor postor. Las estadísticas exactas sobre la magnitud de la trata de personas en todo el mundo son escasas. Sin embargo, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que al menos 2,4 millones de personas en todo el mundo son víctimas de redes de trata con fines de trabajo forzoso; lo que muestra claramente que este delito está muy extendido. De hecho, es una de las actividades criminales de mayor y rápido crecimiento.
La trata de personas es un delito en el que se explota a mujeres, niños y hombres con numerosos propósitos, que incluyen el trabajo forzado y la explotación sexual y laboral. Lo más grave es que la trata de personas ha cobrado fuerza en las redes sociales: twitter, Facebook e Instagram son solo tres de los canales en redes sociales en los que los delincuentes ‘cazan’ a sus víctimas. Aunque la tecnología de la información fue creada para avanzar y mejorar la calidad de vida de los habitantes del planeta, bandas criminales y redes de trata de personas han venido utilizando estas herramientas para convertir este delito en el segundo negocio ilegal más rentable del mundo. Es así como organizaciones dedicadas a la trata de personas se han apropiado de la internet para promocionar sus negocios ilícitos, al punto que cada vez se hace más difícil de detectar por las autoridades que persiguen este tipo de delitos que destruye la vida de niños, niñas, adolescentes y mujeres que caen en sus redes. El Departamento de Estado de Estados Unidos presentó el Trafficking in Persons Report 2014, es el documento a través del cual se clasifica en cuatro niveles la actuación de los países en el combate contra la trata de personas.