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Ataques a medios de comunicación, para desestabilizar a Carlos Joaquín

He aquí navegando entre persuasiones, manipulaciones, coerciones, intimidaciones, amenazas, allanamientos, balazos y atentados al gremio periodístico en Quintana Roo. De todo hay en la viña del señor, el protagonista de las tinieblas, desde el ostracismo pretende desestabilizar una vez más a los quintanarroenses, al gobierno del cambio, a propios y extraños, sobre todo si son protagonistas de la vida pública y política.
A un año del complejo gobierno aliancista de Carlos Joaquín González, con punto principal en la agenda el ajuste de cuentas al felixismo-borgismo, ante el saqueo al erario del estado y la institucionalización de la corrupción; y por añadidura, por los tiempos electorales rumbo al 2018; sus detractores políticos insisten en desestabilizar a la administración actual, y qué mejor que generando un tenso clima con los medios de comunicación, a los que se les prometió por el gobierno del cambio garantías para el ejercicio de la libertad de expresión.
El auténtico oficio periodístico (aún en mínima expresión), tras el control mediático en el felixismo-borgismo (persecución, destierro, encierro para quienes no se alinearon), más allá de los oficiosos y voceros de los grupos políticos; se debate entre su reencuentro como el “parlamento diario de los pueblos” (acuñó Carlos Septién García), y reivindicar su papel como vital protagonista de la democracia, como equilibrio y vínculo entre la sociedad y el poder político y económico.
En este azul profundo, ipso facto se quiere colapsar al gremio periodístico, atemorizarlo, acallarlo, y desde luego enfrentarlo con el gobierno de Carlos Joaquín González, hacerlo naufragar en la promesa y el compromiso de garantizar la libertad de expresión, la que resulta incómoda e inconveniente al protagonista de las tinieblas; y aunque usted lo dude, para algunos integrantes del gabinete legal y ampliado del mandatario estatal, ídem.
La estrategia política de contaminar la todavía incipiente relación prensa-gobierno del cambio, aprovechar la falta de un adecuado plan de comunicación política, ha sido paulatina: desde la conservación de jugosos convenios para conservar las plumas y micrófonos para la causa felixista-borgista, la guerra sucia en las redes sociales, hasta las últimas acciones contra periodistas y medios.
No es casual la intimidación vía telefónica contra sus directivos (léase Irma Ribbón) y la amenaza de bomba que recién recibió el diario Quintana Roo Hoy en sus instalaciones en Cancún; ni tampoco el allanamiento a las oficinas en Chetumal del ex corresponsal de Televisa y presidente del Colegio de Comunicación, Ángel Ramírez; y tampoco el atentado a balazos al frente de las instalaciones del Canal 10 de televisión en Cancún, en el que resultó herida una persona.
A río revuelto, ganancia de pescadores. Esperemos las investigaciones oficiales de los casos en mención, para saber qué móviles se presumen.
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Publicado por
Redacción Quintana Roo