El hoy gobernador en funciones, Carlos Joaquín, estableció durante su campaña que la seguridad era su prioridad, declarando textualmente: “Los robos a casa habitación, los delitos de tipo sexual, han crecido de manera muy importante, situación que se explica por la falta de servicios públicos y falta de prevención, zonas donde hoy se ven diferencias radicales con las zonas turísticas, donde aparentemente hay una tranquilidad pero los habitantes están sufriendo esa intranquilidad e inseguridad” … y todo debido a una nula vigilancia, por lo que ha pululado el pandillerismo.
Se necesita tomar al toro por los cuernos y hacer que policías y jueces lleven a cabo las sanciones y castigos pertinentes, no es posible que la lacra que ha traído a nuestra ciudad su bazofia continúe así.
El problema pareciera resuelto pero ¿Y quién sancionara y castigará a los policías y jueces corruptos que no hacen su trabajo como corresponde? O ¿Quién meterá en cintura a policías e investigadores, que sólo se concretan a levantar actas sobre crímenes diversos sin ninguna investigación científica, concreta y clara de por medio?
Nuestra ciudad seguirá sufriendo de más crímenes mientras los ciudadanos no se vuelvan participativos: en la denuncia oportuna entre vecinos, en la vigilancia de sus pertenencias más allá de lo establecido.
La idea es clara: no dar oportunidad al ladrón y criminal, necesitamos ser perspicaces, ir a la alza, prevenir: si tiene moto, encadénela, aun cuando resulte engorroso. Si tiene auto no deje nada de valor ni aún en la cajuela o en la guantera. Si su casa tiene algún punto vulnerable, busque los medios para asegurarle. Nunca nada es demasiado.