Ante el evidente abandono a la sociedad en Quintana Roo y el desencanto que permea lo mismo en el norte que en sur, el Partido Revolucionario Institucional se apresta nuevamente, después de muchos años, a retomar su función democrática y a recoger el sentir de la gente para poder hacer gestión y apoyar a tantos miles y miles de olvidados.
De esta manera, el PRI está decidido a demostrar trabajo y ser ejemplo de lo que se debe hacer desde la oposición, cosa que jamás se le ha visto a ningún otro partido que está acostumbrados a operar meses antes de las elecciones.
La instrucción está dada y no es trabajar con vistas al 2018, no, es empezar a laborar a favor de una ciudadanía que no es vista ni escuchada y cuyos justos reclamos han ido creciendo como bola de nieve.
Hoy lo importante será escuchar a la gente, formar una agenda y realizar las gestiones necesarias para solucionar problemas, tocando las puertas que sean necesarias para que la sociedad cuente con los benefactores indispensables.
Muchos ven o quieren ver al PRI perdido en la entidad, y no hay nada más fuera de toda proporción que eso. El Revolucionario Institucional sigue siendo la primer fuerza política en la entidad, al ser el partido que gobierna más municipios, aparte de contar con aliados en otros cuatro.
Esa es la decisión que se ha tomado al interior, no prometer nada porque no estamos en campaña, más bien a hacer, trabajar, escuchar, solucionar, con el único propósito de beneficiar a los quintanarroenses que están realmente decepcionados con lo que está ocurriendo.
Y sobre todo está consciente que hoy ya no pueden haber generales, es tiempo de que todos en el partido se pongan el overol y a picar piedra.