A toda máquina marcha la Cuarta Transformación (4T) del gobierno de México encabezada por Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien en sus primeros 100 días de gobierno ha sido valorado exitosamente por empresarios renombrados y empresarios comunes (depende del billete) con un apoyo de la sociedad civil y el pueblo que llega al 87% de popularidad. ¡Hecho insólito dentro de la política mexicana, dentro de los últimos 90 años! Ninguna elección de presidente ha tenido tal apoyo. Y esto se explica fácilmente después de 90 años en los que un país con una gran revolución como la mexicana no ha podido alcanzar su potencial de riqueza y talento para llevar a México en un desarrollo sustentable sin pobreza que engrandezca a la nación.
Esto es lo que pretende el actual gobierno con la 4T, una “vuelta de tuerca” que no es una nueva administración del capital en el neoliberalismo —no confundir—, es una transformación en la que no habrá continuidad de la corrupción, la impunidad, la injusticia social, la mala educación.
¿Qué hemos visto en estos primeros 100 días? Lo que no habíamos visto en México hace 9 0 años, en todas las administraciones federales empoderadas en su continuidad apócrifa, después de la revolución.
“Aquí se rompió el molde”. Hay un nuevo lenguaje, una nueva política interior, es decir una nueva visión de país, lo que justamente merece lograr México después de una sangrienta revolución con una riqueza y talento heredado de grandes hombres sacrificados en ella.
Hemos visto una actuación transparente, pacífica y conciliadora para la recuperación de la rectoría del estado que había sido eliminada con el neoliberalismo y las doctrinas exteriores del gran capital.
Hemos visto la formación de la Guardia Nacional buscando la unidad del país y su protección. Hemos visto el cierre de la ignominia representativa del pasado y la historia de la represión y los presos políticos, al recuperarse las Islas Marías y ese hermoso archipiélago, para unirse al desarrollo nacional.
Es inmensa la lista de los logros para escasos 100 días, que están a la vista de todos en todos los medios y las benditas redes sociales, con unanimidad de aprobación. Y es que nadie tiene argumentos válidos para contrarrestar —por más que se esfuercen los intelectuales a modo del sistema anterior— de tergiversar lo que se está haciendo en la 4T.
En ello entran también y “con mucho” los gobernadores, que no entienden el cambio, como es el caso de Quintana Roo que no se aplican las mecánicas de la 4T debidamente, y persisten las corruptelas, las malas actuaciones, la ilegalidad de las mismas, los favoritismos y la insistencia.
Pero AMLO regresará y tendrán que poner orden. Y nosotros y el pueblo que lo ama eso esperamos; y ellos deberán entender por qué los abuchean.
Al tiempo…