CHETUMAL.- Entre la noche del martes y la mañana de este miércoles, un grupo de elementos del Ejército Mexicano fueron atacados y tuvieron que repeler estos ataques en dos ocasiones, en el tramo carretero Reforma–Bacalar, justamente a la altura del rancho Saga, donde a principios de mes ocurrió un enfrentamiento de grupos del crimen organizado con saldo de un sicario muerto. De acuerdo a información extraoficial, el primer caso supuestamente ocurrió a las 19:30 horas del martes, cuando soldados reforzaban la seguridad en el perímetro del rancho para su cateo, y el segundo, ocurrió cuando instalaban un retén alrededor de las 11 horas del miércoles en el tramo Bacalar-Reforma.
Los presuntos agresores huyeron entre la maleza, mientras que los militares activaron “el código rojo” para repeler el ataque y fueron apoyados por elementos destacamentados en la Base de Operaciones y Adiestramiento de Xtomoc. Datos extraoficiales, señalan que, supuestamente los elementos militares entraron al rancho para intentar formar un perímetro para que la policía ministerial cumpliera una orden de cateo, pero al momento de ingresar fueron recibidos con dos ráfagas de disparos de armas largas.
Los disparos provenían de una camioneta en movimiento, la cual circulaba en una brecha cercana al sitio; de inmediato los militares se pusieron en posición y repelieron el ataque en su contra, y después del refuego, los sujetos de la camioneta huyeron por esta misma brecha sin que los militares los pudieran detener. Posteriormente llegaron elementos de la Fiscalía General del Estado, para realizar el cateo del sitio, diligencia en la que al parecer fue asegurada una camioneta blindada color blanco.
Sobre el segundo caso, se supo que debido a los hechos recientes, los elementos del Ejército Mexicano han aumentado su presencia en este tramo carretero con retenes en distintas zonas, por lo que de nueva cuenta los intentaron agredir, en esta ocasión con una ráfaga de disparos, pero nuevamente repelieron la agresión, para ver como los presuntos gatilleros escapaban por una brecha cercana.
Por Paloma Wong/Grupo Cantón