Santiago Rodas / Grupo Cantón
Cancún.- Los programas de seguridad impulsados por la Fiscalía General del Estado de Quintana Roo, en especial el denominado “Prevención a través de la Educación”, se logró desmantelar una red dedicada al reclutamiento y explotación Sexual de Niñas, Niños y adolescentes en una escuela ubicada en la Supermanzana 64 de Cancún se informó que hay una mujer adulta detenida tras este suceso ilícito.
Para los agentes ministeriales que han atendido estos temas desde la Fiscalía General del Estado de Quintana Roo a través de su unidad policial especializada, han dado resultados contundentes, según las autoridades.
A la labores preventiva y de inteligencia, se hizo el desmantelamiento de una red que explotaba a unas víctima estudiantes de secundaria de la supermanzana 64.
La explotación sexual era a dos menores de edad, tras las funciones de investigación de las autoridades se detuvo a una persona adulta implicada en el reclutamiento de jóvenes para actividades ilícitas bajo el disfraz de servicios de “escort”.
La operación reafirma el impacto del programa en la protección de niñas, niños y adolescentes, así como en la lucha frontal contra delitos que atentan contra su integridad.
Tenían uniforme escolar, sueños comunes y confianza en sus amistades.
Pero detrás de los pasillos de una escuela en la Supermanzana 64, se tejía una red silenciosa y peligrosa según la Fiscalía: adolescentes siendo vendidas como mercancía a adultos a cambio de dinero y regalos.
Según las investigaciones, una estudiante era la pieza clave. Convencía a sus propias compañeras para que “trabajaran” como escorts.
Les prometía ganancias rápidas, atención, y una vida de lujos. Pero lo que realmente hacía era llevarlas con su “jefa”, una mujer identificada como Elizabeth Shekina “N”, presunta operadora de esta red de explotación.
Elizabeth no solo coordinaba el contacto con los clientes adultos, sino que también se encargaba de transportar y entregar a las menores para consumar los actos.
El precio de cada adolescente: entre 2,500 y 3,000 pesos. Ella cobraba su parte: 500 pesos por cada víctima entregada, según reportes policiales.
Detrás de estas cifras hay vidas marcadas, niñas usadas como objeto de transacción, y un sistema que permitió que esto ocurriera dentro del entorno escolar.
Las autoridades han iniciado un proceso penal contra la mujer adulta.