SANTIAGO RODAS / GRUPO CANTÓN
CANCÚN.- En el corazón de la temporada vacacional de Semana Santa, Cancún se consolida no solo como un paraíso turístico, sino también como un bastión de seguridad. Autoridades estatales y federales han desplegado un operativo integral sin precedentes para garantizar la tranquilidad de miles de visitantes nacionales e internacionales.
Encabezado por la gobernadora Mara Lezama Espinosa y la presidenta municipal Ana Paty Peralta de la Peña, este despliegue forma parte de una estrategia coordinada para mantener un saldo blanco durante la temporada alta. El operativo contempla vigilancia aérea, marítima y terrestre, reforzando la presencia policial en playas, hoteles, avenidas principales y zonas comerciales de la zona hotelera.
En el boulevard Kukulcán, principal arteria turística de Cancún, la presencia de elementos de seguridad inspira confianza. A pie, en vehículos y mediante drones y helicópteros, los cuerpos de seguridad patrullan de forma constante, utilizando tecnología de última generación para monitorear cualquier situación de riesgo.
“Queremos que cada turista viva la experiencia Cancún sin temor alguno, que regrese a casa con memorias imborrables y con el deseo de volver. Nuestra misión es proteger a todos, sin excepción”, compartió una fuente cercana al mando operativo.
Este enfoque integral de seguridad no solo protege a los visitantes, sino que también refuerza la imagen de Cancún como un destino confiable, donde la belleza del Caribe mexicano convive con una logística impecable y un fuerte compromiso institucional con la paz y el orden.
La ciudad, que durante Semana Santa recibe a miles de turistas, vive días de intensa actividad turística en un entorno de armonía. Las playas lucen llenas, los comercios registran alta afluencia y los servicios turísticos operan con normalidad, todo bajo la mirada atenta de las autoridades.
Así, Cancún no solo deslumbra por sus paisajes y su hospitalidad, sino también por su capacidad de organización y su vocación de cuidado al visitante. En este rincón del Caribe, la seguridad también es un lujo que se vive con intensidad.