TULUM. — Aunque Tulum continúa posicionándose como uno de los destinos turísticos de mayor crecimiento en el país, los maestros herreros locales atraviesan por una crisis económica que contrasta con el auge que vivió la zona durante la ejecución de los megaproyectos federales como el Tren Maya y el Parque del Jaguar.
“Antes se sacaba mucho más esto, ahorita cayó todo, entonces estamos muy mal”, relató uno de los herreros entrevistados, quien dirige su propio taller. Dueño de sus herramientas, de su vehículo de trabajo y con años de experiencia en el oficio, hoy enfrenta semanas enteras con ingresos que apenas alcanzan para cubrir lo básico.
“Ahorita nada más llevo cuatro meses sacando a veces mil pesos, mil quinientos pesos con todo mi equipo, mi carro, mi taller”, explicó. A pesar de contar con la infraestructura y conocimientos necesarios para operar de manera independiente, los ingresos semanales rondan los tres mil pesos en el mejor de los casos, cantidad que apenas cubre gastos personales y de operación.
Durante la etapa de construcción del Tren Maya y el Parque del Jaguar, varios oficios, entre ellos la herrería, experimentaron una bonanza derivada de la demanda de estructuras, portones, rejillas, ventanas y otros trabajos metálicos.
La necesidad de urbanizar zonas, levantar muros, colocar rejas y acondicionar espacios disparó el empleo temporal y la contratación de mano de obra local.
Sin embargo, una vez concluidos o desacelerados estos proyectos, la actividad ha disminuido drásticamente. La competencia ha aumentado, mientras que los clientes buscan pagar lo mínimo posible, presionando a los trabajadores del metal a operar con márgenes cada vez más estrechos.
“Yo no le puedo incrementar lo que es, lo que es no podemos asumir y ni vale porque si no baja más el trabajo”, explicó el entrevistado, señalando que, a pesar del alza en los precios de insumos como varilla, soldadura, pintura y transporte, los precios que pueden cobrar se han mantenido estancados.
“Es un estándar, un precio que nos podemos aguantar. Que si 200 pesos cayó la semana, 200 pesos nos vamos con 200 pesos”, agregó, evidenciando la precariedad con la que laboran muchos en este gremio.
En este contexto, los herreros de Tulum enfrentan un panorama incierto. Pese a que el municipio crece en número de visitantes y desarrollos inmobiliarios, los beneficios económicos parecen concentrarse en otros sectores, mientras los oficios tradicionales se debaten entre la sobrevivencia y la falta de oportunidades estables.
“Estamos muy mal en economía”, sentenció el artesano del metal, en una frase que resume la realidad de muchos trabajadores que, lejos del brillo del turismo, sostienen con esfuerzo los oficios que alguna vez fueron columna vertebral del desarrollo local.