Roberto Lemus / Grupo Cantón
TULUM.— Durante este 2025, los precios de renta en el municipio han registrado una disminución de hasta un 30 %, tanto en contratos de corta como de larga estancia.
De acuerdo con arrendadores y trabajadores del sector, la baja en la demanda turística, sumada al aumento en la oferta de viviendas, ha provocado un reajuste significativo en el mercado inmobiliario local.
Regina Martínez, administradora de 20 departamentos en el fraccionamiento Villas Tulum, explicó que actualmente tiene menos del 70 % de sus unidades ocupadas.
“Es una situación complicada. No solo hay menos turistas, también hay más oferta que demanda en renta fija, y eso nos obliga a ajustar los precios si queremos tener ingresos”, señaló.
Según detalló, los departamentos de una recámara que antes se rentaban en 9 mil pesos mensuales, ahora se ofrecen en 6 mil.
En el caso de las unidades de dos habitaciones, el costo bajó de 12 mil a 9 mil 500 pesos.
La tendencia no se limita a las zonas periféricas.
Abel Aguilar Mex, trabajador del sector hotelero, compartió que hace un año pagaba 10 mil pesos por una casa de dos recámaras en la colonia Tumbenkaa.
Hoy, asegura, es posible encontrar inmuebles similares en colonias céntricas como Lakín o Mayapax al mismo precio y con condiciones de vivienda que no representan una disminución en calidad.
Aguilar Mex también mencionó que en el nuevo fraccionamiento Aldea Tulum la renta de casas y departamentos, con o sin muebles, se ha convertido en un referente del mercado actual.
“Antes era difícil encontrar algo accesible cerca del centro. Hoy hay más opciones y los precios han bajado mucho”, comentó.
Los testimonios coinciden en que esta realidad responde a una desaceleración en el flujo turístico y al crecimiento acelerado de la oferta inmobiliaria, construida bajo la expectativa de una demanda que ya no mantiene el mismo ritmo.
Los actores del sector enfrentan ahora el reto de adaptarse a un mercado en transformación, donde los precios deben ser más competitivos y la ubicación por sí sola ya no garantiza una renta elevada. Para los arrendatarios, en contraste, el fenómeno abre la posibilidad de acceder a mejores condiciones de vivienda a costos más accesibles.