Priest during a wedding ceremony/nuptial mass (shallow DOF; color toned image)
Redacción / Grupo Cantón
Yucatán.- Un sacerdote fue víctima de un violento asalto en su domicilio ubicado en la colonia Tixcacal Opichén, al poniente de Mérida, Yucatán. De acuerdo con el reporte oficial, dos sujetos irrumpieron en la vivienda, golpearon brutalmente al religioso, lo amarraron de pies y manos, lo amordazaron y lo encerraron en el baño. Los agresores se llevaron más de 62 mil pesos en efectivo, así como su celular y documentos personales.
El presbítero, identificado como E. V. P., sufrió severas lesiones en la cabeza y el cuerpo, y fue auxiliado más tarde por vecinos que escucharon ruidos extraños y alertaron a las autoridades. Elementos de la Policía Estatal de Investigación (PEI) y la Fiscalía General del Estado (FGE) confirmaron la gravedad del ataque y comenzaron la búsqueda de los responsables.
Un detenido, otro prófugo
Gracias a las indagatorias de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), se logró la detención de Ángel Gabriel “N”, de 20 años y de oficio pintor, quien fue identificado como uno de los presuntos responsables del asalto. El sujeto fue capturado mediante una orden de aprehensión girada por un juez local y ya fue puesto a disposición del Ministerio Público.
Mientras tanto, las autoridades continúan la búsqueda del segundo implicado, quien logró huir tras cometer el crimen.
¿Cómo ocurrió el ataque?
Según los informes recabados por la PEI, los agresores golpearon al sacerdote con extrema violencia, lo amenazaron para que no intentara verlos, y lo ataron con cables, colocándole un trapo en la boca para silenciarlo. Luego lo arrastraron hasta el baño y lo encerraron mientras saqueaban la vivienda.
El monto robado fue de 62 mil 500 pesos, además de un teléfono celular y documentos personales. El caso ha causado conmoción en la comunidad, tanto por la violencia del hecho como por tratarse de una figura religiosa conocida en la zona.
Ángel Gabriel “N” enfrentará cargos por robo agravado con violencia, delito que en el estado de Yucatán puede alcanzar penas de hasta 20 años de prisión, especialmente al tratarse de un robo con violencia en casa habitación.