Redacción / Grupo Cantón
Quintana Roo.- De acuerdo con el Censo Nacional de Seguridad Pública Federal y Estatal 2025 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el estado de Quintana Roo encabezó la lista nacional en bloqueos de carreteras y puentes durante el año 2024, registrando 490 obstrucciones, lo que representa el 21.9 % del total nacional.
Esta cifra coloca a la entidad entre las tres con mayor incidencia, por encima de Oaxaca (13.6 %) e Hidalgo (10.5 %). Las cifras del INEGI forman parte de un análisis más amplio sobre seguridad pública, centrado en los retos actuales de infraestructura vial y gobernabilidad en las regiones.
Demandas sociales, el motor de los bloqueos
A diferencia de otros estados donde las manifestaciones han sido marcadas por hechos violentos, en Quintana Roo los bloqueos fueron, en su mayoría, pacíficos y atendidos por autoridades municipales y federales.
Entre los factores principales detrás de estos bloqueos destacan los constantes cortes eléctricos por parte de la CFE, además de reclamos por obras inconclusas, servicios básicos y conflictos agrarios.
Uno de los casos más notorios ocurrió en enero de 2024, cuando habitantes del ejido Pedro A. Santos, en Bacalar, detuvieron camiones relacionados con el Tren Maya, exigiendo la construcción de un paso ganadero prometido por las autoridades.
En febrero, otro bloqueo reunió a ejidatarios y prestadores de servicios turísticos que exigían frenar los despojos de tierras, la monopolización de muelles de cruceros y la atención a asentamientos irregulares.
Durante mayo y julio, residentes de El Ideal bloquearon la carretera Cancún–Mérida, denunciando accidentes y falta de mantenimiento en una vía estratégica para la conectividad estatal.
En Cancún, más de 300 personas de colonias irregulares cerraron la avenida López Portillo y la carretera Gas Auto, reclamando pavimentación, agua potable y otros servicios esenciales.
Balance general
El INEGI resalta que, pese a la alta incidencia, los bloqueos en Quintana Roo se realizaron en su mayoría sin hechos violentos, siendo reflejo de una ciudadanía activa que recurre a estos mecanismos para visibilizar problemas estructurales y comunitarios.